La violencia y las muertes a sangre fría no se detienen en Rosario, principalmente vinculados a ajustes de cuentas entre bandas narcos. Por caso, durante el fin de semana extra largo, entre la tarde del domingo y la madrugada del lunes fueron asesinadas tres personas en distintos ataques, en la zona sur de la ciudad.
Pero la noticia más escalofriante de los últimos días ocurrió ayer, cuando una mujer de 53 años y su hija de 15 fueron asesinadas a balazos por al menos tres atacantes que efectuaron 30 disparos en plena calle de Rosario, en lo que se investiga como un presunto doble crimen ejecutado por sicarios de bandas narcos que operan en barrios de la zona noroeste de la ciudad.
Esa hipótesis se sustenta en que las víctimas tenían el mismo apellido que los líderes de un clan narco que opera en esa zona, uno de cuyos integrantes fue asesinado en marzo. La balacera fue tan intensa que además de provocar la muerte de madre e hija, también alcanzó al perro de las víctimas, hallado muerto en el lugar.
La cuenta es cada vez mayor. Con los crímenes de Carmen y Marlén Villalba, ascienden a 136 los homicidios registrados en lo que va del año en el Departamento Rosario. Los menores son parte integral de este drama de violencia. La cifra incluye al menos 16 niños y niñas (tres de ellos bebes), y la semana pasada se agregaron dos causas por hallazgos de los cuerpos de dos recién nacidos que se investigan como posibles crímenes.
La batalla escaló a niveles insospechados en el último año a raíz del inicio del juicio contra el líder de Los Monos, Ariel Máximo “Guille” Cantero. Tal es así, que en septiembre del año pasado, el gobierno nacional anunció el envío de 1575 agentes federales para reforzar el combate del flagelo en la provincia de Santa Fe, tras un fuerte reclamo de su gobernador, Omar Perotti, y el intendente de Rosario, Pablo Javkin.