La jueza Romina Soledad Sánchez Torassa de Río Tercero, dio lugar a lun pedido que realizó una madre para que su hija adolescente pudiera cambiar su nombre y género legalmente. La decisión le permitirá realizar estas modificaciones, y rectificar legalmente su documentación de acuerdo a su identidad autopercibida.
El caso debió judicializó debido a que el padre del adolescente negó su consentimiento para hacer la rectificación del nombre y género por vía administrativa ante el Registro Nacional de las Personas.
Durante el proceso el padre del adolescente, que actualmente tiene 16 años, solicitó al tribunal que, antes de expedirse sobre la autorización requerida, se lleven a cabo pericias interdisciplinarias para asegurarse que no se trataba de un acto de rebeldía o inmadurez propio de la adolescencia. Ante este escenario, la jueza aseguró que el padre estuvo ausente de la vida de la adolescente por lo que no pudo transitar el proceso de cambio junto a ella.
Además, sostuvo que, conforme a lo resuelto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el procedimiento tendiente al reconocimiento de la identidad de género debe basarse en el consentimiento libre e informado de la persona que lo solicita, sin imponer el cumplimiento de requisitos abusivos ni someterlo a pericias médicas o psicológicas.