Ocurrió en Mina Clavero este domingo por la noche, cuando el Sargento Primero Héctor Oviedo y el agente Claudio López tuvieron que reanimar a un niño de tres años que se estaba asfixiando por haber comido un pastelito y que afortunadamente lograron salvar.
“Estábamos en un control y nos avisan que se estaba ahogando un menor. Inmediatamente salimos en la moto de la patrulla y nos vinimos hasta el lugar que era en avenida Costanera y calle Presidente Perón, en la parte del río. Al llegar al lugar vimos que no se estaba ahogando si no que se estaba asfixiando”, relató Oviedo.
Los padres del menor eran turistas y se encontraban desesperados al momento del arribo de los efectivos, intentando introducir los dedos en la garganta del pequeño para lograr liberarle las vías aéreas.
“Al llegar nosotros lo alzamos, lo damos vuelta, lo ponemos boquita abajo y mi dupla lo empieza a palmear en la espalda, 4-5 cm abajo del esternón, y apretamos hasta que logró escupir el pastelito”, continuó el sargento.
En ese momento fue que el pequeño comenzó a respirar, tras lo cual llegó la ambulancia para realizarle las revisaciones pertinentes. Alegremente ya se encontraba fuera de peligro y en buenas condiciones de salud.
“Los padres del niño estaban más que agradecidos, nos dijeron que nos iban a agradecer de por vida lo que hicimos, fue actuar muy rápido”, expresó Oviedo. Por su parte, López concluyó: “Estaban muy agradecidos los papás y nosotros más que contentos con el trabajo, porque pudimos salvarle la vida a un niño, a un ángel. Eso no tiene precio para nosotros”.