Ayer miércoles se reanudó el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a la salida de Le Brike, un local bailable en Villa Gesell, con la primera jornada de alegatos y la fiscalía pidió prisión perpetua para los ocho rugbiers acusados del homicidio.
La jornada de alegatos comenzó con la acusación, a cargo de los fiscales Gustavo García y Juan Manuel Dávila. Primero fue García quien argumentó sobre el pedido de pena de prisión perpetua, explayándose en la materialidad ilícita, es decir, las pruebas que para la fiscalía sostienen el delito que se les imputa a los ocho rugbiers: homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas.
Tras los argumentos sobre el hecho, fue el turno del fiscal Dávila. El funcionario judicial apuntó sobre la autoría de cada uno de los acusados: Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23). En su alegato, Dávila aseguró que los ocho imputados son “coautores” del homicidio porque tuvieron “el co-dominio del hecho, la posibilidad de emprender, proseguir y detener el curso causal del delito”.
De esta manera, el fiscal Dávila relató las acciones de cada uno de los acusados durante la fatídica noche. Primero habló sobre Viollaz: “Ayrton Viollaz da la señal del inicio del ataque diciendo: ‘Ahora’”, sostuvo Dávila. Luego, siguió con Ciro Pertoss: “Ciro Pertossi le pegó una piña fuerte en la cara y Fernando cayó al piso”. Sobre Benicelli, Dávila lo marcó como coautor en el hecho; siguió con Luciano Pertossi y dijo que “le pegó a Fernando en el piso, según el testigo Lucas Filardi”. Finalmente y después de repasar el rol de todos los imputados habló sobre Máximo Thomsen y dijo: “el que más le pegó a Fernando fue Thomsen”.