Un repartidor de encomiendas al que le tocó turno laboral en un día lluvioso, sufrió dos caídas fuertísimas, casi en el mismo lugar, cuando se disponía a entregar un pedido.
Como se puede ver en la filmación, tomada por la cámara de vigilancia, el dolor le impidió al repartidor continuar con su tarea, y debió tenderse por unos segundos en el piso para recuperarse tomándose una pierna.
Acto seguido, se incorporó para recoger algunos paquetes y continuar, pero volvió a resbalarse en el escalón de entrada. Esta vez, una mujer le preguntó si se encontraba bien, a lo que respondió que sí un tanto resignado.