Jaime Portilla, de 26 años fue declarado fallecido luego de sufrir severas lesiones en su cabeza después de tener un accidente de tránsito. Cuando su familia fue consultada, todos decidieron que no se le realizara una autopsia, por motivos religiosos.
Lo insólito sucedió en el momento del funeral, donde varios de sus familiares aseguraron que habían sentido que algo se movía dentro del ataúd. Hamilton Portilla, el padre del fallecido, dijo que hasta vio lágrimas en los ojos de su hijo y que también vio que se movía”, pero pensó que serían espasmos musculares.
El hombre dijo: Para Dios no hay imposibles, mi hijo tenía signos vitales y cuando se accidentó los médicos dijeron que ya estaba sin vida, cuando no fue así. Él tenía signos vitales, pero no lo quisieron atender en el hospital” denunció Portilla.
Además agregó: Tampoco permitimos que le hagan la autopsia porque somos creyentes cristianos, hasta mañana (sábado pasado), lo mantendremos en el velatorio para ver si reacciona, porque presenta movimientos musculares”, dijo.
Cuando sintieron movimiento dentro del ataúd, pararon el funeral y decidieron sacarlo y trasladarlo al hospital, donde había sido rechazado.