Cada vez son más personas sufren de estreñimiento alrededor del mundo. Lo que ha convertido el ir al baño en una dolorosa travesía, que creen que puede solucionarse con una dieta sana y rica en fibra. Por desgracia, para los especialistas en salud intestinal la relación entre el estreñimiento y la dieta es un tabú, que deja por fuera otras causas biológicas importantes.
Si bien el estreñimiento inicia en el estómago, no necesariamente se produce por culpa de los alimentos. Generalmente nuestra flora bacteriana secreta sustancias químicas en el estómago que ayudan a absorber los nutrientes rápidamente. Esto debido a que, al cabo de 15 a 18 horas, el estómago envía esos alimentos al intestino para ser desechados.
Sin embargo, este proceso no es perfecto, y puede llegar a suceder que las bacterias se detengan a mitad de la digestión. En consecuencia, el intestino se ralentiza y comienza a formar deposiciones grandes y secas de los alimentos, las cuales producen dolor en su paso por el intestino y solo pueden extraerse con fuerza bruta. Una práctica poco recomendada y muy dolorosa.
Diversos estudios han confirmado que las bacterias no se detienen por un mal día de comida, sino por culpa de un mal funcionamiento del suelo pélvico en el que se encuentra el intestino. Esto debido a una falta de movimiento severo, equivalente a no moverse diariamente, o a un problema en el intestino.
La dieta… ¿La única solución?
Los médicos creen que el verdadero problema con el estreñimiento no son los datos que ha aportado la comunidad científica a lo largo de los años, sino lo que el siglo XIX le ha enseñado a las personas.
La llegada de las grandes industrias y ciudades en Occidente impulsaron el deseo de muchos por mantener ciertos temas como “privados”, entre ellos el estreñimiento; ya que la idea de hablar sobre “heces” les resultaba desagradable.
En consecuencia, muchas personas todavía ven al estreñimiento como un tabú, aceptando sin más un montón de limitaciones en su día a día.
Para ejemplificarlo, las personas con estreñimiento no tienen un horario determinado para ir al baño. Por ende, cuidan mucho lo que visten y lo que comen fuera de casa, para evitar protagonizar situaciones incómodas en baños públicos.
Además, tampoco tienden a reírse o moverse con libertad, por las constantes náuseas y dolores que se extienden del intestino al estómago.
Como en los viejos tiempos
Por eso los médicos sugieren que las personas le den al estreñimiento la importancia que requiere, es decir, la que le daban en el Medioevo. Un período histórico en el que el estreñimiento era uno de los principales temas médicos que se consultaba a diario con los pacientes, y gracias al cual los médicos han desarrollado diversos consejos para prevenir su aparición. Entre ellos:
- Utilizar laxantes después de grandes comidas, para evitar que las bacterias se saturen por causa de nuestra glotonería.
- Consumir abundantes líquidos a lo largo del día, especialmente después de una gran comida.
- Caminar largos trayectos para acelerar la descomposición de los alimentos.
- No tener miedo de utilizar un baño público si es necesario, para no frenar el tránsito normal de los desechos.
Si los científicos han logrado extraer estas recomendaciones sobre el estreñimiento de un par de escritos históricos y muchas comparaciones científicas, es inminente pensar cuánto podría mejorar la salud intestinal si todos abandonáramos ese tabú del siglo XIX.