Bajo el objetivo de contrarrestrar las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y sus aliados, el presidente ruso, Vladimir Putin, tomó la decisión de exigir el pago en rublos –divisa rusa- del que vende a las naciones que considera hostiles, incluyendo las de la Unión Europea (UE), y dio a las autoridades una semana para aplicar el nuevo sistema.
“Está claro que entregar nuestras mercancías a la UE, a Estados Unidos, y recibir dólares, euros y otras monedas ya no tiene sentido para nosotros”, afirmó el jefe del Kremlin. El anuncio generó una reacción inmediata en la moneda rusa, que se fortaleció frente al euro y el dólar, luego de un desplome sufrido desde el inicio de la invasión.
El ministro alemán de Economía, Robert Habeck, cuyo país depende en un 55% del gas ruso, consideró que la medida es una “ruptura del contrato” y dijo que discutirá con los “socios europeos” la respuesta a la demanda de Moscú.