Irán lleva seis días de protestas ininterrumpidas a raíz de la muerte de una joven en manos de la Policía por llevar mal puesto su velo.
El viernes pasado, la joven Mahsa Amini de 22 años fue detenida y llevada a la comisaría donde se descompuso. A los días murió en un hospital donde se constataron lesiones en su cabeza por golpes que le habría dado la policía.
Este hecho generó una ola de repudio social masivo. Hasta ayer, los medios estatales confirmaron 17 muertes, mientras que organizaciones de derechos humanos elevaron la cifra a 31 personas.
En un intento por disminuir las manifestaciones, las autoridades bloquearon Instagram y WhatsApp. El Gobierno, liderado por clérigos musulmanes, trató de deslegitimar las protestas y argumentó que son acciones contra la seguridad nacional de grupos opositores.
Los Guardianes de la Revolución, una unidad paramilitar reconocida por el gobierno, denunciaron una “guerra mediática a ultranza”.
En tanto, miles de ciudadanos salieron a protestar en las calles, tanto mujeres como varones. “¡No al velo, no al turbante, sí a la libertad y a la igualdad!”, piden las mujeres mientras crece la violencia estatal contra los manifestantes.