El líquido conservador de órganos para trasplante -un elemento clave que hasta el momento se importaba- es la última innovación del Laboratorio de Hemoderivados que depende de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), considerada única por su funcionamiento en Latinoamérica que recibe plasma de bancos de sangre de todo el país con el cual produce medicamentos y otros productos que entrega en forma de trueque.
«En la década del ’60, Illia, que era médico, a través de un decreto destina los fondos reservados de la Presidencia para crear esto. Una cosa poco común. Entonces el laboratorio comienza a trabajar en montar la planta y en la década del ’70 ya comienza a elaborar inmunoglobulina intramuscular, esto es parte de los primeros productos. En la actualidad cuenta con una gama muy amplia de productos», explicó el ingeniero Héctor Tavella, director ejecutivo del Laboratorio de Hemoderivados que depende de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
«El laboratorio hoy tiene tres líneas, la histórica que es de hemoderivados, a la cual posteriormente se sumaron los fármacos inyectables hospitalarios y la de la planta de tejidos», enumeró.
Con su trabajo, el laboratorio universitario provee tratamientos farmacológicos para atender patologías como hipovolemia, hiperbilirrubinemia neonatal, nefrosis aguda, pancreatitis, pacientes con hemofilia A, hepatitis A, sarampión y rubéola en personas gestando y pacientes inmunodeprimidos.
En lo que respecta a la línea de producción más importante, los hemoderivados, Tavella destacó «el modelo productivo»: «La sangre y sus componentes no se pueden comercializar entonces la donación en Argentina es altruista, voluntaria y se realiza en bancos de sangre públicos y privados de todo el país», describió a Confiar, el proyecto de la agencia Télam.
El ingeniero explicó que el Hemoderivados «tiene convenio con los ministerios de salud de las 24 jurisdicciones del país mediante los cuales esos distritos envían el plasma al laboratorio que nosotros recogemos con sistema de logística de camiones propios y refrigerados; entonces nosotros recibimos ese plasma y les retribuimos -en una operación de trueque en la cual no hay dinero-, con productos producidos en nuestra planta».
En tanto, los lazos de intercambio no se limitan a la frontera argentina. La institución que funciona en la órbita de la UNC extendió los convenios de plasma con bancos de sangre y servicios de hemoterapia de Chile, Uruguay y Paraguay. «Hemos hecho avances con Bolivia y Ecuador, pero todavía no estamos operando con ellos, esperamos que en un futuro cercano sí. Pero lo importante de esto es que el modelo de hemoderivados es autosustentable, porque garantiza al país medicamentos accesibles al sector público y mejora nuestra autonomía de producción de productos, muchos de los cuales se importaban», señaló haciendo alusión a lo que se conoce como «medicamentos huérfanos».
«Es de destacar que anteriormente el plasma que no se utilizaba en forma directa, se descartaba. O sea que era un residuo patógeno. Entonces la existencia del laboratorio permite transformar eso en un recurso de gran valor. Por otro lado, el laboratorio tiene convenio también con bancos privados. Y en todos los casos se retribuye con productos o con insumos», hizo hincapié Tavella.
«Para tener una idea, en la línea de fármacos inyectables de uso hospitalario nosotros le proveemos al sector público», comentó al tiempo que añadió «en la pandemia de Covid, se utilizaba para los internados la dexametasona, y nosotros fuimos proveedores del Ministerio de Salud de la Nación para el programa Remediar que se distribuyó a las provincias el año pasado, de 1.300.000 dosis dexametasona».
Sobre la línea referida a tejidos sostuvo «es más nueva; el laboratorio está produciendo distintos tipos y el principal en estos momentos es de matriz ósea humana para usos odontológicos y traumatológicos; se trata de presentaciones en granos, cubos, tablas y membranas».
Tavella – quien se encuentra en esa función desde el año 2019 teniendo un plantel actual de 350 profesionales- destacó que «el laboratorio está permanente trabajando en proyectos de investigación y desarrollo» y, en este sentido, describió que actualmente trabajan en «cuestiones como la inmunoglobulina subcutánea porque permite la atención de pacientes inmunodeprimidos en forma mucho más sencilla».
Y agregó: «también estamos trabajando en el desarrollo de un medicamento para la porfiria hepática, además producimos factor 8 de coagulación para la hemofilia».
Uno de los productos «estrella» del Laboratorio es el líquido conservador de órganos ablacionados, presentado recientemente por la institución, cuya elaboración fue solicitada por el Instituto Nacional de Ablación e Implantes (Incucai) y demandó años de investigación.
Un dato ayuda a dimensionar el impacto de la solicitud: actualmente no existe producción nacional con esta formulación – que brinda los mejores resultados (gold estándar) – y por ese motivo debe ser importada.
«Estamos trabajando también con tejidos como membrana amniótica y tendones. En esta línea, surgió un requerimiento del Incucai de desarrollar líquido de conservación de órganos para trasplantes. Nosotros ya hemos registrado una solución y estamos montando la planta para ampliar la capacidad y poder proveer esa solución de líquido conservador de órganos a toda Sudamérica», concluyó Tavella.