Estados Unidos derribó el sábado sobre el océano Atlántico al supuesto globo espía chino que sobrevolaba el país desde hace varios días y que generó tensión con Beijing, después de que el Gobierno chino rechazara una vez más las acusaciones de espionaje y afirmara que se trataba de “una aeronave civil utilizada con fines de investigación” que se desvió de su rumbo original “afectada por los vientos”.
“Lo derribaron con éxito y quiero felicitar a los aviadores que lo hicieron”, dijo el presidente estadounidense Joe Biden, tras el operativo militar efectuado en la costa cercana a la localidad de Myrtle Beach, en el estado de Carolina del Sur.
“El miércoles, cuando fui informado del globo, le ordené al Pentágono que lo derribara lo antes posible”, señaló el mandatario, que aseguró que dio la orden de hacerlo cuando fuera seguro, después de que sus asesores le advirtieran sobre los daños que podrían provocar los restos del artefacto. “Para no dañar a nadie en tierra, decidieron que el mejor momento para derribarlo era cuando pasaba sobre el agua, dentro de un límite de 19 kilómetros”, agregó el gobernante.
Según precisó el secretario de Defensa, Lloyd Austin, los militares decidieron no derribarlo en tierra para evitar “riesgos indebidos” debido al tamaño y la altitud del globo, que volaba a unos 18.200 metros y se estimaba tenía el tamaño de tres autobuses escolares.
Austin, que confirmó que la misión fue llevada a cabo por un avión de combate, aseguró además que el globo era utilizado por el Gobierno chino para “vigilar las instalaciones estratégicas” de Estados Unidos.
Por su parte, Pekín protestó ayer por la destrucción del globo y acusó a Washington de “reaccionar de manera claramente desproporcionada” e incurrir en una “grave violación de las prácticas internacionales”. El Ministerio de Exteriores chino declaró que “China expresa su fuerte descontento y protesta contra el uso de la fuerza por parte de Estados Unidos para atacar una aeronave civil no tripulada”. Luego, lanzó una peligrosa advertencia al asegurar que se reservan “el derecho de dar más respuestas de ser necesario”.