Las tensiones internas volvieron a estallar en las últimas horas en el Frente de Todos (FdT) por distintas operaciones de prensa, aunque esta vez el protagonismo no estuvo a cargo de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Quienes se cruzaron fueron nada menos que el ministro de Economía, Sergio Massa, y el presidente Alberto Fernández. La razón estuvo en los cuestionamientos a la gestión del ministro vertidos en off por distintos voceros ligados al jefe de Estado y la revelación de supuestas medidas a los medios de prensa para presionarlo a adoptar esas decisiones.
Apenas aterrizó en Buenos Aires del viaje que lo trajo de Panamá, adonde participó de la Asamblea Anual del BID, Massa se comunicó personalmente con Fernández para hacerle saber su malestar por las críticas a su gestión y los furcios cometidos por sus operadores de prensa.
Diferentes testigos de la conversación revelaron en la prensa porteña que el ministro “estaba furioso” y que el tono de la charla fue más que tenso. “No atajan ni un quilombo y boludean jugando a los soldaditos. Sé quiénes dan estos off the récord y les voy a contestar como corresponde, con acción política”, aseguran que Massa le dijo al Presidente.
Massa entiende que hubo “filtraciones” en la prensa que buscaron debilitarlo ante el dato de la inflación y que esos voceros pertenecen al entorno presidencial.
“Estaba muy caliente porque hay cosas que claramente son operaciones de gente que está en la chiquita”, expresaron los propios voceros del tigrense, quienes enfatizaron que “Sergio dejó en claro que no es un ministro más, sino uno de los socios principales del espacio”.
“Yo no soy (el ex ministro de Economía, Martín) Guzmán. Soy uno de los jefes de esta coalición política. Si creen que en la fantasía reeleccionista me van a limar por miedo, voy a dejar de ser sólo el bombero que les apagó el incendio”, le habría dicho incluso Massa al mandatario, según distintos medios.
“Los off the récord de algunos que juegan a la internita poniendo en riesgo la economía, los voy a contestar con acción política, ejerciendo mis funciones”, enfatizó.
Todos coinciden en que la conversación expuso el mal momento que atraviesa la relación entre Fernández y Massa, quien es apoyado por el sector que comanda Cristina Kirchner y La Cámpora y es reconocido por el llamado “círculo rojo” como un factor de estabilidad en una economía que camina hacia el abismo.
Precisamente, el otro motivo del enojo de Massa tiene que ver con la filtración de los últimos días de que podría anunciar un desdoblamiento cambiario ante el pico inflacionario, algo que la cartera de Economía salió a desmentir ayer categóricamente.
“No está el tema en agenda. Es algo que difundieron desde Casa Rosada, algo que hizo circular Aracre”, indicaron desde el Palacio de Hacienda en referencia al flamante jefe de Asesores de Fernández Antonio Aracre, ex CEO de Syngenta.
No es la primera vez que la política comunicacional de la Casa Rosada genera fuertes cortocircuitos internos, aunque esta vez el contexto de competencia por la candidatura presidencial potencia las diferencias y parece dibujar dos polos en el FdT: uno integrado por el albertismo puro –que se resiste a abandonar el sueño reeleccionista- y otro formado por Massa y Fernández de Kirchner, cada vez más cercanos.
Duras críticas hacia el Poder Judicial
El presidente Alberto Fernández cuestionó anoche al Poder Judicial que está “siendo laxo con las condenas de los genocidas” de la última dictadura cívico militar en Argentina y señaló que es “el único poder que no se ha reformado en 40 años” de democracia, al inaugurar el III Foro Mundial de Derechos Humanos en el Centro Cultural Kirchner (CCK).
“Las democracias crujen frente a los poderes concentrados”, aseguró Fernández, quien llamó a organizarse “bajo la bandera de los derechos humanos para que las democracias sean instrumentos de igualdad social”. “El único poder que no se ha reformado en 40 años es el Poder Judicial. La sociedad sueña con un Poder Judicial que deje de actuar como el brazo ejecutor de los poderes fácticos de la Argentina”, dijo el mandatario, quien enfatizó que “cada represor juzgado debe cumplir su condena en un cárcel común”.
Además, afirmó: “El neoliberalismo está atentando ahora mismo contra los pilares de la vida común tal como la conocemos. Lo vimos en Bolivia con Evo (Morales) y lo vimos en Brasil con Lula (Da Silva), lo vimos en Ecuador con el querido ex presidente (Rafael) Correa, lo vemos en Argentina con Cristina Fernández de Kirchner”.