El presidente Alberto Fernández realizará mañana una visita de Estado a Brasil en la que se reunirá con las autoridades de los tres poderes y mantendrá un nuevo encuentro con su par Luiz Inácio Lula da Silva, la figura de mayor calibre internacional que apoya -sin medias tintas- los reclamos argentinos en la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Luego de una semana de alto voltaje en la política interna por el cierre de listas electorales que eclipsó buena parte de la agenda gubernamental, el mandatario argentino llegará a Brasilia para cumplir con una tradicional visita de Estado que, al mismo tiempo, servirá de escenario para concretar la quinta reunión bilateral entre los presidentes desde el 1 de enero de este año.
Fernández ya viajó hacia la capital de la República Federativa para la asunción de Lula, para una bilateral a comienzos de mayo y para la reunión de la Unasur a principios de este mes, mientras que el líder del PT viajó a Buenos Aires para la cumbre de la Celac que se celebró en enero.
Por otra parte, este quinto encuentro servirá de antesala para la reunión que, junto a los presidentes de Uruguay y de Paraguay -Luis Lacalle Pou y Mario Abdo, respectivamente- Fernández y Lula mantendrán en Puerto Iguazú el próximo 4 de julio en el marco del Mercosur.
Según pudo confirmar Télam a través de fuentes diplomáticas, la agenda comenzará el lunes a las 10 con la recepción de la delegación argentina en el Palacio do Planalto, sede del Ejecutivo brasileño.
Se espera que en ese lugar se realice la reunión bilateral en la que se tratarán los principales temas de interés mutuo, aunque Lula -durante su gira europea de esta semana- ya anunció que le pidió al ministro de Hacienda, Fernando Haddad, que tenga preparada una nueva propuesta para facilitar las inversiones brasileñas en Argentina.
La negociación sobre un mecanismo de financiación de exportaciones brasileñas no sólo serviría para preservar las reservas del Banco Central argentino, sino que también es alentada desde el Gobierno de Lula para no perder el comercio de insumos frente a otros países como China, país con el que Argentina ya activó un swap de monedas.
Por otra parte, Lula es uno de los principales defensores de Argentina en la negociación con el FMI y, además, presidente de una de las sillas en el universo de los Brics, el bloque de países que apunta a jugar un rol central en la promoción de una nueva arquitectura financiera Internacional con la creación del Nuevo Banco de Desarrollo que conduce Dilma Rousseff.
Junto a los mandatarios de Bolivia, Chile, Colombia, México y Paraguay, el ex dirigente sindical metalúrgico suscribió una nota dirigida al estadounidense Joe Biden en la que le solicitan «con respeto y afecto que apoye a Argentina en las negociaciones que está llevando adelante con el FMI» para así conseguir «una solución rápida y efectiva para Argentina».
«Los países de la región seguimos con atención la situación que atraviesa la Argentina, producto del efecto combinado de sobreendeudamiento en la anterior administración, la pandemia, el impacto de la guerra en Ucrania y las consecuencia de la mayor sequía que el país haya padecido en el último siglo», destacaron los mandatarios latinoamericanos.
Mientras tanto, desde París, el político pernambucano no dudó en apuntar contra el expresidente Mauricio Macri y dijo que «no se sabe» que hizo con el «irresponsable» préstamo de Fondo .
«A la Argentina, de la forma más irresponsable, el FMI le prestó 44.000 millones de dólares a un señor que era el Presidente, que no se sabe lo que hizo con el dinero. Y entonces Argentina ha pasado a tener una situación económica difícil porque no tiene dólares para pagarle al FMI», aseguró en la Cumbre por un Nuevo Pacto Financiero Global.
Lula, que viene insistiendo en el reemplazo del dólar para el comercio internacional, criticó con la misma virulencia al Banco Mundial, el FMI y el Consejo de Seguridad de la ONU, «las instituciones de Bretton Woods, (que) ya no funcionan, ya no sirven a las aspiraciones o intereses de la sociedad».
Con ese trasfondo, el lunes las actividades continuarán, cerca del mediodía, con un almuerzo en Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
Luego, Fernández se encontrará con el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, y con un representante de la Cámara de Diputados.
También visitará el Supremo Tribunal Federal, la máxima corte de Brasil, cuya presidenta es Rosa Weber.
El viaje de Fernández contará, además, con gestos y declaraciones especiales sobre los 200 años de relaciones bilaterales, que se iniciaron el 5 de agosto de 1823.
La Cancillería destacó en un comunicado que «la relación económica y comercial entre la Argentina y el Brasil es intensa y estratégica para ambos países. Brasil es nuestro principal socio comercial».
«El 17,2% de las exportaciones de nuestro país hasta mayo tuvieron como destino Brasil, mientras que las importaciones alcanzaron el 24,7», dijo, y abundó: «La interdependencia comercial de ambos países se evidencia en la composición del comercio, con una alta participación de manufacturas. En ese sentido el comercio bilateral es clave en el mantenimiento y generación de empleo de calidad en ambos países».
«Ambos países trabajan en nuevas oportunidades para intensificar la relación comercial, el flujo bilateral de inversiones y la complementariedad energética», sostuvo la cartera que encabeza Santiago Cafiero, quien participará del viaje.
Detalló que «entre enero y abril de 2023 las exportaciones argentinas de bienes a Brasil alcanzaron USD 3.318 millones, con un incremento interanual del 7,5%. Asimismo, las exportaciones de servicios en 2022 acumularon USD 1.494 millones con un incremento del 134%».
El Ministerio de Relaciones Exteriores destacó también los estrechos vínculos bilaterales en organismos regionales como el Mercosur, la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas).