El gobierno de Brasil oficializó ayer la decisión de autorizar la importación sin aranceles desde cualquier origen de 750.000 toneladas de trigo por año, una medida que en la práctica perjudica a los exportadores argentinos del cereal al quitarle la preferencia tarifaria de la que gozaban. El volumen representa cerca de 10% del mercado brasileño, que importa alrededor de 7 millones de toneladas anuales.
Argentina es, por lejos, el principal proveedor de Brasil, garantizando en torno al 90% del abastecimiento sin pagar el arancel de 10% que ahora será eliminado para la cuota establecida.
Por medio de un comunicado, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil indicó que con esta nueva medida se beneficiarán las importaciones de todos los países, excepto de aquellos con los que Brasil tiene un acuerdo comercial que establece el libre comercio del producto. “La cuota representa 6% del consumo brasileño en 2018”, detalló la nota.
La disposición ya se había anticipado en marzo pasado, durante la visita del presidente Jair Bolsonaro a la Casa Blanca, lo que generó en ese momento la preocupación de proveedores tradicionales en Argentina, socio de Brasil en el Mercosur.
Estaba siendo reclamada por el gobierno de Estados Unidos y ahora también podría ser aprovechada por Rusia, como la implementación de un compromiso asumido décadas atrás en la Organización Mundial del Comercio (OMC), que Brasil fue postergando tras la puesta en marcha del Mercosur en 1995 y las presiones argentinas para mantener las preferencias.
Brasil produce alrededor de 5 millones de toneladas de trigo por año, en comparación con un consumo total de cerca de 12 millones de toneladas, que requiere importaciones anuales de cerca de 7 millones de toneladas. La Asociación Brasileña de Industria del Trigo (Abitrigo) había dicho en mayo pasado que la medida probablemente se implementaría a principios de 2020, por lo que el anuncio de esta semana llegó antes de lo esperado.
La decisión coincide con una escalada de tensiones en la relación bilateral tras el triunfo electoral de Alberto Fernández. También se da en momentos en que Brasil busca iniciar una discusión para acordar una reducción del Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur, algo que podría ser resistido por la administración argentina que asumirá el 10 de diciembre. En este contexto, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales adelantó en la víspera que el sector exportador pidió al actual gobierno que “evalúe la legalidad de la decisión de Brasil porque no vemos que haya justificación”.
Aprueban moción de rechazo a Fernández
En sintonía con las decisiones de su padre, Eduardo Bolsonaro aprobó ayer desde la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados brasileña una moción de rechazo a Alberto Fernández por su apoyo explícito al ex mandatario de aquel país Luiz Inacio Lula da Silva, que en la misma jornada obtuvo la excarcelación por parte de la Corte Suprema. La iniciativa había sido presentada por el diputado Luiz Philippe de Orléans y Bragança, del Partido Social Liberal (PSL).
En aquella ocasión, el congresista oficialista había expresado que Fernández “le faltó el respeto a las decisiones de las instituciones judiciales del Estado brasileño, quebró el decoro internacional que precia por las buenas relaciones diplomáticas con su activismo político en cuestiones internas de Brasil”. Al conocer esta moción, el presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Rodrigo Maia, un político del liberal partido Demócrata, calificó como “una falta de respeto” a la decisión de Bolsonaro y prometió trabajar para dejarla sin efecto.