La iglesia católica emitió ayer un fuerte mensaje de cara al proceso electoral en curso donde convocó a la comunidad a trabajar por “una democracia participativa” y con “pluralidad”, sin “claudicar” ante los sectores que cuestionan el sistema democrático, y reclamó “bienestar para el pueblo” con “tierra, techo y trabajo”, en el cierre de la Semana Social que organiza anualmente la Comisión Episcopal de la Pastoral Social en Mar del Plata.
En un documento con un inu-sual tono político, cuyos alcances resuenan en los debates que cruzan la campaña electoral en curso, la iglesia advirtió que “el fin del Estado de bienestar no puede resolverse con leyes represivas, que no consideran los fundamentos sociales de tales problemáticas”; así como también reclamó por las “deudas en la calidad de formación” educativa y alertó sobre los “golpes de Estado blandos” que ocurren en Latinoamérica.
“Necesitamos pasar de una democracia representativa a una democracia participativa, con la correspondiente pluralidad. Hay sectores que hoy cuestionan el sistema democrático, pero no debemos claudicar, es el marco y estilo de vida que hemos elegido tener”, destacó el documento final de los tres días de debate que estuvieron encabezados por monseñor Jorge Lugones, presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social. Junto a los obispos Pedro María Laxague y Ernesto Giobando, Lugones subrayó que “ninguna solución basada en la eliminación del otro puede ser un buen camino para re-crear la democracia” y destacó “la necesidad de sostener las políticas de derechos humanos construidas desde 1983 hasta la fecha como políticas de Estado”.
“Es necesario recuperar la pertenencia a la Patria para construir juntos una comunidad que defienda la vida y el interés de todos, no dejando a nadie afuera”, puntualizó la iglesia, que llamó a luchar “para recuperar la vigencia y el protagonismo popular en las instituciones sociales y políticas”. “Hablamos de una democracia que signifique la construcción de ciudadanía plena, de ejercicio de derechos, que asegure condiciones para el bienestar de nuestro pueblo, que supere la fragmentación, con sensibilidad social, con tierra, techo y trabajo que garantice igualdad de oportunidades”, completó el documento final del encuentro.
El texto eclesial subrayó además que hubo una “expresión casi unánime de todos los participantes (en el encuentro) sobre la relevancia de un compromiso transversal para lograr consensos en materia de políticas públicas sostenidas para proyectar la educación, el empleo, la justicia y el desarrollo económico con inclusión”.
Duro diagnóstico de monseñor Lugones
El presidente de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social, monseñor Jorge Lugones, intervino el sábado con una fuerte conferencia donde celebró los 40 años de democracia ininterrumpida en Argentina, pero donde hizo también un descarnado balance de la etapa y advirtió que “se comenzó a evidenciar una degradación en las instituciones que fue de la mano de un proceso de desintegración y fragmentación del cuerpo social y una crisis del sistema de representación”.
Durante su alocución, monseñor Lugones señaló que “la democracia dejó de identificarse con la defensa de los intereses de la mayoría, del bien común, para pasar a ser una herramienta en manos de sectores de poder vinculados a corporaciones monopólicas que fue manipulando la opinión pública y los criterios de análisis a nivel social, generando falta de empatía hacia los sectores vulnerables, con fuerte impacto en la clase media”.
Ante el proceso electoral en curso, llamó además a la ciudadanía a “la tarea de cuidar la democracia, mantenerla y enriquecerla con el aporte de cada uno”.