La cumbre de presidentes del Mercosur concluyó ayer en Puerto Iguazú con un documento conjunto que mostró las graves diferencias que surcan al bloque, ya que lo firmaron los mandatarios Alberto Fernández (Argentina), Lula Da Silva (Brasil) y Mario Abdo Benítez (Paraguay) pero no lo hizo Luis Lacalle Pou (Uruguay), porque el resto de los miembros del bloque se negaron a flexibilizar los acuerdos extra zona, según ventilaron las fuentes diplomáticas.
En el documento, “los presidentes coincidieron en la necesidad de abrir un espacio de reflexión política sobre la modernización del bloque, incluyendo el fortalecimiento de la agenda interna para una mayor integración de sus economías, así como la estrategia de inserción internacional, sobre una base consensuada y solidaria”. Pero Uruguay pretendía que se abriera la puerta para negociar acuerdos extracomunitarios, algo por lo que viene bregando desde la asunción de Lacalle Pou en 2019.
En el texto, Fernández, Lula y Abdo Benítez “convinieron en trabajar para fortalecer la cohesión interna del bloque, donde aún se observan distintos tipos de dificultades para el comercio y la integración, profundizar su inserción comercial internacional y articular mecanismos que favorezcan la formación de cadenas de valor regional e inter regional sustentables, justas y resilientes”.
A su vez, en un documento paralelo, el gobierno uruguayo ratificó su postura a favor de la “conformación de la zona de libre comercio” y a “la revisión de los instrumentos de inserción internacional con un enfoque pragmático y flexible”. En una conferencia de prensa posterior al encuentro, Fernández fue consultado sobre la posición uruguaya y aseveró que “Uruguay tiene una mirada que viene sosteniendo desde hace algún tiempo el presidente Lacalle, que persiste en la idea de que los socios del Mercosur puedan negociar autónomamente al Mercosur, y de algún modo expresa esa diferencia no firmando la decisión, pero es una decisión que conocemos”.
Por lo pronto, pese a esas fuertes diferencias, en el encuentro los mandatarios coincidieron en la necesidad de avanzar en un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE), aunque con diferencias en las formas. En este párrafo, Fernández exhibió una postura común a Lula, quien asumió la presidencia PRO-Témpore del bloque: un TLC (Tratado de Libre Comercio) con la UE puede ser beneficioso para la región, pero tiene que ser un acuerdo justo para todas las partes. “Nadie puede condenarnos a ser los proveedores de la materia prima que otros industrializan y luego nos venden a precios exorbitantes. Una visión que no advierta la dimensión de lo que aquí digo, podría inducir a algunos a pensar que de ese modo no alcanzaremos los estándares de libre comercio que algunos socios pretenden”, dijo en alusión a la postura de Lacalle Pou.
El uruguayo, en efecto, insistió en la necesidad de “flexibilización” del bloque y amenazó con “cerrar acuerdos unilaterales”, algo abiertamente resistido por sus colegas. “El mundo sigue cambiando. Se generan nuevas necesidades y oportunidades (…). Nuestra región está cambiando y tiene una oportunidad única no solo por las materias primas, sino por la inteligencia de nuestra gente”, dijo el presidente de Uruguay y pidió que se genere “un poco de optimismo en el ya abundante pesimismo sobre este acuerdo”.
En la cumbre también estuvo el presidente de Bolivia, Luis Arce, cuyo país busca desde hace años ser socio pleno del Mercosur. “Nuestra región se ve gravemente afectada por las restricciones y regulaciones impuestas por el sistema financiero estadounidense, que limita las opciones de financiamiento y posibilidades de acceso a los mercados internacionales, por lo que resulta necesario reducir la dependencia al dólar estadounidense y diversificar nuestras relaciones económicas y comerciales”, expresó Arce en su discurso, en referencia al proyecto de creación de una moneda común impulsado por Argentina.
Cruces por Venezuela con Uruguay y Paraguay
La decisión del gobierno de Nicolás Maduro de suspender María Corina Machado como candidata presidencial generó ayer un fuerte debate en el marco de la Cumbre del Mercosur en Misiones, donde los presidentes de Uruguay y Paraguay cuestionaron la decisión, algo que fue respondido por el presidente Alberto Fernández.
“Está claro que Venezuela no va a salir a una democracia sana, si cuando hay un viso de posibilidad en una elección, una candidata como María Corina Machado, que tiene enorme potencial, se la descalifica por motivos políticos y no jurídicos”, aseveró Lacalle Pou, quien consideró que “los distintos bloques han alzado su voz y flaco favor le hacemos a la democracia venezolana y a su pueblo si no alzamos la voz. El Mercosur debe dar una señal clara”.
“El problema de Venezuela lo deben resolver los venezolanos y no los país metiéndonos en sus problemas internos. La mejor forma de hacerlo es recuperando el diálogo entre los venezolanos que hoy padecen una situación muy difícil producto de esa sanción que han recibido y lastima al pueblo de Venezuela”, planteó Fernández en referencia a los bloqueos económicos sobre el país.