La semana pasada se conocieron los vínculos que la candidata vicepresidencial de La Libertad Avanza (LLA), Victoria Villarruel, tenía con diversos represores de la última dictadura cívico-militar, entre ellos el emblemático Miguel Etchecolatz o el propio Jorge Rafael Videla.
En efecto, Etchecolatz había anotado como contacto a Villarruel en el cuaderno donde preparaba su defensa antes de afrontar el primer juicio en el que debió sentarse en el banquillo después de la reapertura de los procesos contra los genocidas en 2006, donde declaró Jorge Julio López, luego desaparecido.
En una entrevista, la diputada y candidata presidencial del Frente de Izquierda (FIT) Myriam Bregman se refirió a los vínculos de Villarruel con Etchecolatz, teniendo en cuenta su experiencia como abogada de López en aquél proceso judicial.
“El juicio a Etchecolatz hay que ponerlo en su contexto, fue el primero después de la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, comenzó en el año 2006. Entonces allí era toda una experiencia novedosa de cómo se desarrollarían estos juicios (…). Entonces los genocidas buscaban apoyo, buscaban a quienes pudieran decir que al menos ellos habían actuado con una motivación justa en el plan genocida que llevaron adelante. Esto que aparece ahora (…) es lo que Etchecolatz tenía anotado en su cuaderno como contacto” para buscar respaldo, explicó Bregman, quien recordó que “durante el juicio de Etchecolatz sufrimos reiteradamente amenazas que terminan el hecho más grave que es la desaparición de López”.
“En el caso de Villarruel no estamos hablando de negacionismo: estamos hablando de una actitud proactiva, que se ve en estos documentos como una militancia activa para sostener la impunidad de quienes llevaron adelante el genocidio”, agregó la abogada Guadalupe Godoy, que reveló las visitas de la ahora candidata a Videla o Norberto Cozzani -mano derecha de Etchecolatz- en la cárcel.