Con presencia de dirigentes políticos y gremiales, la Iglesia argentina organizó hoy en el barrio porteño 21-24 una misa «en desagravio por los ultrajes» a la figura del papa Francisco por parte del candidato de ultraderecha Javier Milei (La Libertad Avanza), en la que advirtió sobre sus declaraciones en contra de la «justicia social» y subrayó la importancia de la presencia del Estado que «con inteligencia acompaña el crecimiento y desarrollo» de los sectores vulnerables.
La misa, organizada por el Equipo de Curas de villas y barrios populares de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, se desarrolló en las puertas de la parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, en la villa 21-24 del barrio porteño de Barracas, con el objetivo de reivindicar la figura del papa y rechazar «todo tipo de injurias, mentiras e insultos que se están manifestando en esta campaña electoral» por parte de Milei, el candidato más votado en las Paso.
En varias ocasiones, tanto en declaraciones periodísticas o por medio de sus redes sociales, Milei habló del papa Francisco con expresiones injuriosas, utilizando palabras como «jesuita que promueve el comunismo», «personaje impresentable y nefasto» o «representante del maligno en la Tierra».
«Si solo despertás leones, es lógico que se coman a los corderos más indefensos», advirtieron unos 70 sacerdotes de villas y barrios populares de todo el país en un documento que fue leído al final de la misa, sobre el escenario montado en las puertas de la iglesia de Caacupé.
«Expresamos nuestro más enérgico repudio a distintas manifestaciones del candidato de LLA Sr. Javier Milei, que afectan a la persona del Papa, que pasan desde agresiones vulgares impropias de quien busca representar nuestro país hasta conceptos mentirosos sobre las ideas del Papa», comienza diciendo el texto, en el único momento de la misa donde se lo mencionó expresamente, lo que motivó los silbidos de los presentes.
La multitudinaria celebración -que contó con el aval del arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva- fue presidida por el obispo Gustavo Carrara, vicario general de la arquidiócesis y responsable de la Pastoral de las Villas de la ciudad de Buenos Aires, y concelebrada por una veintena de sacerdotes.
En las puertas de la parroquia, se congregaron decenas de vecinos de las villas porteñas así como integrantes de los denominados «Hogares de Cristo», una iniciativa pastoral que llevan adelante los curas villeros con jóvenes con problemas de adicciones, que llegaron con sus bombos, pancartas e imágenes de la Virgen de Luján y de Caacupé.
En el documento leído al final, los curas señalaron que «uno se termina preguntando si alguien con ese desorden emocional (en referente a Milei), que no puede encontrarse con quien piensa distinto sin gritar e insultar, puede soportar las tensiones propias del cargo público al que aspira».
«Optamos por una política que busca el bien común teniendo en el centro a la persona humana. Endiosar el mercado lleva a la deshumanización a través del olvido de los más débiles. Si solo despertás leones, es lógico que se coman a los corderos más indefensos. En la ley de la selva solo ganan los más fuertes», advirtieron en el texto.
En el documento, los curas destacaron asimismo la importancia de la presencia del Estado que «con inteligencia acompaña el crecimiento y desarrollo» de la comunidad organizada de los barrios, en respuesta a las propuestas de achicar el Estado a una mínima expresión que plantea Milei en su propuesta electoral.
«Parece que la amnesia se apoderó de muchos dirigentes que no recuerdan los niveles de desamparo de la gente en la crisis de 2001», remarcaron.
Además, denunciaron «la ausencia del Estado porque en la historia de nuestros barrios las hemos sufrido en sus más tremendas consecuencias» y afirmaron que por delante se encuentra «la urgente necesidad de crecer en la integración socio urbana de las villas con justicia social que se traduzca en salud, educación, alimentación, acceso al deporte, trabajo y seguridad integral para los barrios que son los primeros en sufrir la inseguridad».
Al cerrar la lectura se expresó: «Para decir hoy más que nunca que donde hay una necesidad, hay un derecho».
Tras la celebración se leyó una carta del presidente Alberto Fernández, quien manifestó su adhesión a la misa «en apoyo y reconocimiento al papa Francisco en el Día de la Solidaridad, compartiendo con ustedes los motivos de la convocatoria en la Parroquia Virgen de Caacupé» y expresó su «profundo afecto y respeto por la labor pastoral que ejercen» los curas villeros.
En representación del gobierno nacional participaron de la celebración los ministros de Cultura, Tristán Bauer, de Defensa, Jorge Taiana; y de Trabajo, Kelly Olmos; y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri.
También estuvieron presentes los diputados Eduardo Valdés y Daniel Arroyo; el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel; uno de los referentes de la UTEP, Esteban «Gringo» Castro; los gremialistas Pablo Moyano, Julio Piumato y Sergio Sassia; la presidenta de Télam, Bernarda Llorente, y los dirigentes Felipe Solá, Natalia de la Sota y María Lucila «Pimpi» Colombo, entre muchos otros.
Asimismo participaron referentes sindicales y militantes de gremios como el sindicato de Comercio, Camioneros, Ladrilleros, Foetra; la Unión Ferroviaria, de organizaciones como ATE y la CTA y de organismos de DD.HH., como las Madres de Plaza de Mayo.
Según explicaron los organizadores, se eligió ese lugar para la misa porque, desde 1996, el entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio «después de haberse bajado del colectivo, llegaba caminando entre los pasillos para encontrarse con los vecinos, con los curas y con la comunidad», y recordaron que «siempre fue querido por su sencillez, su austeridad, palabra clara y comprensión de la gente».
«Hacemos esta misa en apoyo al Papa, que tiene una prédica a favor de la amistad social y donde no haya descartados y olvidados, mensaje por el cual recibe agravios e insultos», señaló Carrara al inicio de la misa, que además se realiza en la misma jornada que se conmemora el Día de la Solidaridad, en homenaje al nacimiento de la Madre Teresa de Calcuta.
En su homilía, el sacerdote José María «Pepe» Di Paola afirmó que «es indigno de un candidato decir lo que dice contra el Papa e ir en contra de la justicia social que es parte del evangelio y la doctrina social de la iglesia»
«El ataque va hacia las raíces de la fe y el humanismo. Entiendo el voto bronca para la clase dirigente pero es necesario que los políticos y todos los candidatos pongan sobre sus escritorios la agenda de los barrios populares», remarcó y también destacó la importancia de «la presencia del Estado inteligente y presente en los barrios».
La celebración se realizó a poco menos de 50 días de las elecciones presidenciales del 22 de octubre, y luego de las Paso del 13 de agosto, en las que el candidato de ultraderecha Milei resultó el más votado en el orden nacional, con poco menos del 30% de los votos.