Los países de la Otan prometieron ayer a mantener el apoyo militar a Ucrania, pese a las dudas sobre la postura de Estados Unidos que generaron temores a una reducción de la ayuda que obligue a Kiev a capitular ante Rusia para poner fin a la guerra que estalló en febrero de 2022.
“Vamos a reafirmar nuestro apoyo a Ucrania, que sigue enfrentando la guerra de agresión por parte de Rusia”, dijo el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, durante una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la Otan en la sede de la alianza en Bruselas.
Estados Unidos, que lidera la organización, ha proporcionado más de US$ 40.000 millones en ayuda de seguridad a Ucrania desde la invasión rusa, y se comprometió a respaldar a Kiev durante el tiempo que sea necesario. Sin embargo, el opositor Partido Republicano puso en duda el futuro de la ayuda a Ucrania del Gobierno estadounidense del presidente Joe Biden, del Partido Demócrata.
Ayer, antes de reunirse con Blinken y los representantes de los demás países, el secretario general del organismo, Jens Stoltenberg, expresó su confianza en que Estados Unidos mantenga ese soporte militar a Ucrania.
En paralelo, Ucrania sospecha que Rusia organizó el envenenamiento de la esposa del jefe de inteligencia militar ucraniana (GUR), Kyrylo Budanov, según indicó ayer un vocero de esta estructura, Andrei Yusov, lo que sugiere que Moscú tiene agente encubiertos en Ucrania.
“La principal hipótesis” es que Marianna Budanova ingirió el veneno en su comida, dijo Yusov, el vocero de la inteligencia militar ucraniana. Yusov sostuvo que se trató de un envenenamiento deliberado con metales pesados, “especialmente con mercurio y arsénico”.