“¿Quién anda por la vida cuidándose de que no la ataquen por militar en derechos humanos?”, fue una de las cosas que todavía se pregunta la integrante de H.I.J.O.S. que hace 16 días sufrió un ataque que “nunca” imaginó que podía suceder: dos hombres ingresaron a su casa cuando regresó del trabajo y la golpearon, la amenazaron de muerte, la ataron de pies y manos, le taparon la boca y le vendaron los ojos, abusaron de ella y le dejaron en claro que todo aquello lo hacían por su compromiso político.
«No vinimos a robarte, vinimos a matarte. A nosotros nos pagan para eso”, le dijeron. Antes de irse, pintaron en una de las paredes de su cuarto “VLLC”, sigla de “Viva la libertad, carajo”, la consigna que impuso Javier Milei. “Hoy, en plena democracia, un gobierno elegido por la gente habilita el ejercicio del terror y la crueldad desde todos los canales que tiene a disposición. Yo quiero que la Justicia identifique a los que me hicieron esto, pero también que dé con el aparato que hay detrás”, reclamó la joven, en diálogo con Página/12.
“Este atentado contra la vida de nuestra compañera es un ataque político motivado por su militancia en derechos humanos y feminista”, denunció la agrupación H.I.J.O.S. La noticia encendió todas las alarmas, a pocos días de un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976, el primero en el marco de un gobierno nacional abiertamente negacionista de los crímenes de lesa humanidad.
“Mi vida cambió muchísimo, está totalmente suspendida en el aire. Lograron eso, que también es terror e impunidad», dijo la joven atacada. «¿Qué pasa si ahora me escriben amenazándome? Yo no tengo red más que la de mi familia y mis compañeres, soy tan solo una trabajadora como el resto de les trabajadores de este país. No tengo nada que esconder, no manejo información de poder, no me hicieron esto más que por ser militante», agregó.
La mujer dijo que los malvivientes irrumpieron en su domicilio solo con el fin de amedrentar y abusar de su integridad, pues el hecho no tuvo fines de robo. Los dos atacantes estaban armados y actuaron a cara tapada, con insultos y violencia. “Me empezaron a golpear y a amenazar” y le dijeron: “No hables nunca más. Mirá lo que te pasa por hablar, sabemos que trabajas en los derechos humanos. Sabemos quién sos, no te te vinimos a robar nada, a mí me pagan por esto. Nosotros te vinimos a matar”.
La secuencia del hecho indica que dos hombres ingresaron a su casa cuando ella volvía del trabajo y la golpearon, la amenazaron de muerte, la ataron de pies y manos, le taparon la boca y le vendaron los ojos. En medio de ese momento extremo la abusaron y le dejaron en claro que todo aquello lo hacían por su compromiso político.
Por último, indicó que si bien no se llevaron objetos de valor, la mujer asegura que sólo faltó una “carpeta que contiene información sobre los encuentros nacionales de H.I.J.O.S., conclusiones que sacamos en esos encuentros”, que ella tenía al lado de su cama. “En ese departamento había cosas de valor, cámara de fotos, computadora, televisores. Nada se llevaron, más que la carpeta de H.I.J.O.S., además de romper muebles, puertas, cajones, y revolverlo todo”, concluyó.