Uno de los seis reactores de la imponente central nuclear de Zaporiyia, en Ucrania, fue atacado ayer con drones. Rusia, que ocupa el lugar desde poco después de comenzada la guerra hace dos años, acusó al gobierno de Volodimir Zelenski de protagonizar el hecho, pero desde Ucrania lo niegan.
Según organismos oficiales, la arremetida existió. El argentino Rafael Mariano Grossi, director de la agencia de la ONU para el control de la energía atómica, advirtió que ese tipo de embates “incrementan significativamente el riesgo de que haya un gran accidente nuclear”.
“Esto no puede ocurrir”, señaló Grossi en una declaración en la red social X, y confirmó que el reactor principal de esta planta controlada por las fuerzas rusas recibió al menos tres impactos directos, aunque no atribuyó la responsabilidad directa a ninguno de los países involucrados en el conflicto bélico.