El presidente Luiz Inácio Lula da Silva echó ayer a la embajadora de Nicaragua en Brasil. La medida fue en represalia a la decisión del régimen de Daniel Ortega de expulsar a la principal delegación diplomática brasileña en Managua.
El Gobierno de Lula reconoció que la eyección de Fulvia Castro se selló como una respuesta de “reciprocidad” por una medida considerada “injustificada” que afectó al embajador Breno de Souza Brasil Días da Costa.
Castro “está en ruta hacia nuestra Nicaragua, donde se desempeñará como ministra de Economía Familiar”, expresó Rosario Murillo, esposa de Ortega y vicepresidenta.
El gobierno nicaragüense había fundamentado la salida del embajador brasileño en la ausencia del diplomático en los actos conmemorativos del 45 aniversario de la revolución sandinista el pasado 19 de julio.