La corte suprema brasileña confirmó ayer la decisión de uno de sus jueces de suspender la red social X, al alegar incumplimientos judiciales de la plataforma propiedad del multimillonario Elon Musk. El acceso a X, antiguo Twitter, dejó de estar disponible a través de su sitio web y su aplicación móvil desde la madrugada del sábado, horas después del bloqueo ordenado por el magistrado Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF).
De Moraes libra un pulso con Musk desde hace meses, que tiene telón de fondo los límites de la libertad de expresión. Los cinco magistrados de una sala del STF, incluyendo a de Moraes, votaron en sesión virtual en apoyo de la medida.
El primer voto fue del instructor del caso, Alexandre de Moraes, a quien Musk califica de “dictador” e insulta desde hace meses en la propia X, después de que ordenó suspender decenas de perfiles en esa plataforma en el marco de un proceso sobre una masiva difusión de noticias falsas y ataques a la democracia y sus instituciones.
Ninguna de esas órdenes fue cumplida y Musk llegó a retirar del país a sus representantes legales de Brasil, sobre quienes aseguró que estaban bajo amenaza de ser encarcelados por de Moraes.
En su voto, que ya fue respaldado por el magistrado Flávio Dino y Cristiano Zanin, de Moraes citó los “reiterados, conscientes y voluntarios incumplimientos de órdenes judiciales y pago de multas” impuestas por el tribunal a la empresa de Musk. Tras esto, el magnate tecnológico lanzó una dura advertencia al Gobierno de Brasil.
A través de un tweet, no solo denunció la acción como “ilegal”, sino que también insinuó posibles represalias, sugiriendo la confiscación de bienes brasileños en Estados Unidos si no se revierte la medida.
“A menos que el gobierno brasileño devuelva la propiedad confiscada ilegalmente de X y SpaceX, buscaremos también la confiscación recíproca de los bienes del gobierno. Espero que Lula disfrute de los vuelos comerciales”, escribió Musk en la plataforma X, contestando a un tweet que sobre la noticia de que Estados Unidos había incautado en República Dominicana el avión oficial del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.