A pesar de que el proceso inflacionario logró romper el piso del 4% y se mantiene a la baja y el dólar retrocede en su cotización, las empresas de medicina prepaga siguen sorprendiendo a sus afiliados con ajustes que hasta duplican las cifras mensuales que da a conocer el Indec con el IPC.
Esto está llevando a que, en la comparación interanual, algunos planes hayan tenido aumentos por encima del 400% (entre octubre de 2023 y el mismo mes de este año). Y si bien el Gobierno tuvo en el primer trimestre del año un intento de intervenir en el mercado que dominan un puñado de empresas, lo cierto es que rápidamente dejó que fuera el mercado el que termine regulando, algo que por el momento parece lejos de ocurrir.
En ese marco, el economista cordobés Nadin Argañaraz, titular del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), realizó un informe en el que toma un caso testigo del costo de un plan de la empresa Omint y lo analizó durante un período de tiempo con relación al salario formal promedio. Allí, descubrió primero que la cuota de la prepaga aumentó casi 50% interanual en términos reales (por encima de la inflación), y luego explicó que mientras en octubre de 2023 se llevaba el 16% de ese salario, actualmente ocupa casi el 25%.
Claro que Omint no fue la única, y sólo sirve de ejemplo para el informe. En el caso de Jerárquicos, una familia tipo que por un mismo plan pagaba en octubre 55.000 pesos, actualmente debe destinar más de $ 300.000.
Incluso, Argañaraz recorre un trayecto mayor de tiempo y remarca que “en el año 2013 el gasto en este plan de medicina prepaga Omint insumía el 11% del salario formal promedio. En el período que va desde el año 2013 hasta el año 2019, la incidencia aumentó a un promedio del orden del 19%.
Por su parte, antes del acuerdo con el gobierno nacional, en abril de 2024 el gasto en medicina prepaga dentro del salario tuvo una incidencia del 27,5%, la máxima de los últimos 12 años. El acuerdo entre el gobierno y las prepagas hizo que se modificara el valor de las cuotas, lo que, dado el salario formal de los últimos meses, generó una menor incidencia. En efecto, la incidencia sobre el salario formal fue del 21,9% en junio, informó ayer el diario Puntal de Río Cuarto.
No obstante, en los meses posteriores continuó creciendo por encima del Ripte y en noviembre alcanzó una proporción del 24,3%, detalla el trabajo del Iaraf. Es decir, mientras se destaca que los salarios comenzaron finalmente a ganarle a la inflación en los últimos meses, especialmente los formales privados, las prepagas están ganándoles a esos mismos haberes. Por lo cual, si bien la relación salarios/IPC mejora, en la comparación con las cuotas de las prepagas continúan perdiendo.
Por último, hay un elemento central en esto y es la calidad de las prestaciones y los niveles de cobertura que ofrecen las empresas respecto al año pasado o antes. Porque podría darse el caso de que hayan incrementado fuerte sus cuotas en términos reales a partir de coberturas mucho más completas y de mayor calidad. Sin embargo, en ese punto los reclamos de usuarios parecen mostrar que más bien se fue en sentido contrario.
De hecho, los fuertes aumentos de las cuotas de la medicina privada llevaron a muchos afiliados a cambiar el plan de salud, inclusive dentro de la misma prepaga u obra social, cuya primera consecuencia fue que se presentaron zonas grises en las coberturas y los tribunales porteños recibieron un 40% más de por amparos.