La ilusión mundialista ya está en marcha y, como no podía ser de otra manera, la Albiceleste es protagonista. Con autoridad y solidez, el equipo de Lionel Scaloni se convirtió en el primero en asegurar su pasaje al Mundial 2026, que se jugará en Estados Unidos, México y Canadá.
En un ciclo que sigue consolidando a una generación dorada, la Selección Argentina sumó los puntos necesarios tras la fecha 14 de las eliminatorias sudamericanas. Gracias a una serie de resultados favorables y a una victoria categórica frente a Brasil, la clasificación quedó asegurada. El equipo campeón del mundo no solo cumplió con lo esperado, sino que dejó en claro que va por más.
Ahora, con el pasaje en mano, el foco cambia: el cuerpo técnico apunta a fortalecer el juego colectivo, a seguir puliendo el recambio generacional y a acompañar el posible regreso de Lionel Messi, que tiene en la mira su sexto Mundial, una marca sin precedentes.
La Scaloneta sigue firme, incluso sin su capitán
El ciclo Scaloni atraviesa su mejor momento. Con Messi ausente por lesión, el equipo mostró carácter y buen juego. En el 4-1 ante Brasil en el Monumental, los goles llegaron de la mano de figuras que ya están asentadas: Julián Álvarez, Enzo Fernández, Alexis Mac Allister y Giuliano Simeone.
Este nivel de solidez colectiva sin la presencia del capitán demuestra la madurez de un plantel que ya no depende exclusivamente de su máximo referente. El equipo tiene funcionamiento, confianza y recambio.
Uruguay, Ecuador y Colombia pisan fuerte en el pelotón de arriba
Con seis cupos directos y uno al repechaje, las eliminatorias sudamericanas están que arden. Uruguay ocupa el segundo puesto y se mantiene como uno de los equipos más sólidos del certamen. Bajo el mando de Marcelo Bielsa, la Celeste se apoya en un juego dinámico y vertical, con nombres como Darwin Núñez y Federico Valverde en gran nivel.
La tercera posición le pertenece a Ecuador, que viene creciendo con un grupo joven y una defensa ordenada. Colombia, por su parte, encontró regularidad y se mantiene en zona de clasificación directa gracias al aporte ofensivo de Luis Díaz y Jhon Arias.
- Equipos con mejor rendimiento ofensivo: Argentina, Uruguay y Colombia
- Equipos con menos goles recibidos: Argentina, Ecuador y Paraguay
- Jugadores más desequilibrantes de la eliminatoria: Vinícius Jr., Julián Álvarez, Luis Díaz
Brasil y Paraguay no aflojan, pero están al límite
Brasil no vive su mejor momento. A pesar de contar con una generación repleta de talento, el equipo ha dejado puntos en el camino y está en el límite de la zona de repechaje. La derrota frente a Argentina generó críticas y puso presión sobre el cuerpo técnico interino.
Paraguay, con una campaña irregular, todavía sueña con dar el salto. Tiene un calendario favorable y algunas individualidades que podrían marcar la diferencia, como Julio Enciso y Miguel Almirón.
Chile, Bolivia, Venezuela y Perú aparecen más rezagados, pero aún tienen chances matemáticas. Las próximas dos fechas serán decisivas para definir si mantienen la pelea o quedan relegados.
Fechas clave que pueden definir todo
En junio se disputarán partidos cruciales. Argentina, ya clasificada, enfrentará a Chile y Colombia con la intención de probar variantes y dar rodaje a jugadores que buscan ganarse un lugar en la lista final.
Mientras tanto, las selecciones que todavía no tienen asegurado su pase se jugarán mucho en las próximas jornadas. Uruguay visitará a Paraguay en un duelo directo por el segundo puesto. Brasil recibirá a Venezuela, obligado a ganar. Y Ecuador viajará a Lima para enfrentar a un Perú que necesita sumar de a tres para no despedirse del sueño mundialista.
Con el pase en el bolsillo, Argentina ya piensa en lo que viene
Con 31 puntos en 14 fechas, Argentina sacó una ventaja clara y puede empezar a trabajar con tranquilidad. Lo que queda de eliminatorias servirá para ajustar detalles, incorporar variantes tácticas y consolidar el recambio.
El objetivo está claro: llegar a 2026 con una base sólida, un grupo competitivo y un Messi que, aunque más veterano, sigue siendo un faro dentro y fuera de la cancha. En este contexto, el equipo tiene todo para ilusionarse con volver a levantar la copa. La Scaloneta no se conforma. Va por más. Y el camino hacia ese nuevo sueño ya está en marcha.