WASHINGTON.- Con la ola de protestas por el asesinato de George Floyd relativamente apaciguadas, en vías a encauzarse por caminos institucionales en el Congreso que atiendan el clamor popular, Estados Unidos empieza a posar ahora la mirada sobre el otro gran fantasma que sacudió al país en las últimas semanas: la pandemia del coronavirus, que lentamente empieza a despertar nuevamente.
Ocurre que al menos 22 estados registraron rebrotes de la enfermedad en los últimos días, donde las masivas protestas contra la violencia racial sumadas a las flexibilizaciones de las medidas de cuarentena parecen haberse confabulado para revivir un virus que hasta el momento ha dejado más de 110.000 víctimas fatales y más de 2.000.000 de enfermos en todo el país.
Todo ocurre en un contexto donde la Casa Blanca sigue negando la gravedad de la crisis sanitaria, omitiendo los reportes diarios de nuevos enfermos y muertos e impulsando no sólo la flexibilización de las medidas de aislamiento que ya alcanza a prácticamente la totalidad de los estados, sino también un peligroso regreso a la normalidad: The New York Times informaba ayer que el Comité de salud del Senado estaba presionando para que los niños regresen a las escuelas, mientras los expertos en salud pública alertan por una segunda ola de infecciones que puede llegar a asestar un golpe más brutal que la primera.
Lo cierto es que la mayoría de los estados han comenzado a registrar un preocupante aumento en los casos de coronavirus en los últimos días. Este rebrote es además nacional, aunque tiene un denominador común: salvo algunas excepciones como California, Oregon o Michigan, se da en territorios gobernados por republicanos, más propensos a levantar las restricciones que a prolongarlas. En Texas, Carolina del Norte, Carolina del Sur, California, Oregón, Arkansas, Mississippi, Utah y Arizona los hospitales comenzaron a recibir a un número creciente de pacientes desde el fin de semana largo del Día de los Caídos.
Todavía hay que practicar un cierto grado de precaución, máscaras, distanciamiento social, lavado de manos diligente y evitar grandes grupos”, advirtió Anthony Fauci, el principal infectólogo del país, en una entrevista con ABC donde recalcó que el tema de la separación física es importante. Las máscaras pueden ayudar. Pero son las máscaras, más la separación física”. Está llegando una nueva ola en algunas partes del país”, agregó Eric Toner, investigador del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, quien llamó a extremar las precauciones porque sino pronto va a ser bastante tarde” para reaccionar.
Lejos de cualquier preocupación por los signos de rebrote, el presidente Donald Trump está decidido a dar por terminada la crisis sanitaria bajo el lema de que ya comenzó la transición a la grandeza”: incluso ayer anticipó que planea retomar pronto sus actos de campaña en cuatro estados que mostraron cifras preocupantes: Oklahoma, Florida, Arizona y Carolina del Norte.