A semanas del cierre de temporada de la Fórmula 1, la polémica sacude a la categoría. Esta vez, el escándalo implica a la escudería francesa Alpine, en la que corre Franco Colapinto. Dos personas irrumpieron en la fábrica de Viry-Châtillon, al sur de París, en un lo que sería un presunto caso de espionaje.
Acorde a la información que brindó el medio Le Parisien, el lunes pasado alrededor de las 22 horas, los intrusos accedieron al edificio forzando una ventana lateral o del hall de entrada y subieron a la planta superior, donde se ubican las áreas clave de gestión, dirección e ingeniería. Aunque el suceso duró apenas cinco minutos y no se reportaron robos ni daños materiales, fuentes policiales citadas por ese medio indicaron que la hipótesis del robo común está casi descartada.
Los investigadores creen que los intrusos «sabían exactamente adónde ir», lo que llevó a la Fiscalía de Évry a abrir una investigación por espionaje industrial, encomendada a la División de Delincuencia Territorial (DCT). La intrusión ocurre en un contexto de profunda crisis interna.
Cambios para el 2026
El próximo año entrarán en vigencia los nuevos reglajes en la Fórmula Uno. En ese sentido, uno de los cambios que se producirán en Alpine está vinculado a la unidad de potencia. La escudería dejará los motores Renault y para empezar a usar los motores Mercedes.
Franco Colapinto y Pierre Gasly ocuparán los asientos en 2026. El equipo francés buscará dejar atrás la pésima campaña y aspiran a construir un auto sólido. Según comentó a Motorsport Steve Nielsen, director deportivo de Alpine, están construyendo un monoplaza “mucho mejor» para que el argentino muestre «de verdad de lo que es capaz». El propio Colapinto ya anticipó que 2026 «será mucho mejor que 2025».









