En un contexto de consumo acelerado, la Navidad vuelve a abrir la conversación sobre el impacto ambiental de nuestras celebraciones. Árboles artificiales que se descartan al poco tiempo, guirnaldas plásticas, envoltorios de un solo uso y luces que se cambian cada año conforman un volumen de residuos que podría evitarse con decisiones más conscientes.
Según estimaciones de organizaciones ambientales, durante diciembre se incrementa entre un 20% y un 30% la generación de basura doméstica. La mayor parte corresponde a plásticos descartables y packaging festivo. Frente a este panorama, especialistas en consumo responsable coinciden en que la clave no es dejar de celebrar, sino revisar hábitos.
1. Reutilizar antes que comprar
El primer paso hacia una Navidad sustentable es mirar lo que ya tenemos. Decoraciones guardadas, cintas, papeles de años anteriores y adornos heredados prolongan su vida útil y evitan compras impulsivas. Reutilizar no solo reduce residuos sino que también aporta identidad y memoria a los espacios.
2. Apostar por materiales naturales o reciclados
En lugar de plástico o telgopor, se recomiendan alternativas biodegradables o recicladas:
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Ramitas, hojas secas, flores deshidratadas y piñas para centros de mesa.
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Fieltro, madera y papel para adornos livianos y resistentes.
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Guirnaldas hechas con recortes, retazos o cartón.
Además, la decoración con elementos naturales puede devolverse a la tierra o compostarse una vez terminadas las fiestas.

3. Iluminación eficiente: LED y uso responsable
El consumo energético también aumenta en diciembre. Para reducirlo:
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Priorizar luces LED, que consumen hasta un 80% menos.
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Utilizar temporizadores para programar horarios.
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Evitar iluminar sectores que no aportan al ambiente festivo.
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4. Evitar el packaging excesivo
Los envoltorios brillantes y metalizados son atractivos pero poco reciclables. Algunas alternativas:
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Papel madera, diarios, mapas viejos o telas para envolver regalos.
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Cintas reutilizables o hechas con restos de tela.
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Regalos sin envoltorio o con la propia bolsa reutilizable como complemento.
5. Decoración colaborativa
Intercambiar adornos entre familiares o vecinos es otra forma de reducir el impacto. También crecen los talleres barriales de decoración sustentable, donde se enseñan técnicas de reciclado y se comparten materiales.
La Navidad puede ser una oportunidad para reflexionar sobre el consumo y los residuos que generamos. Cada pequeña decisión—desde elegir un adorno hasta encender una luz—tiene un peso en el ambiente. Decorar con conciencia no significa renunciar a la estética, sino construir celebraciones más respetuosas con el planeta.









