La suspensión del recital de Shakira, el pasado 14 de diciembre en el Estadio Mario Alberto Kempes, no solo dejó un show inconcluso, sino también un creciente malestar entre los asistentes. A varios días del episodio, los reclamos se mantienen activos y apuntan tanto a la interrupción del espectáculo como, especialmente, a las formas de solución propuestas por la productora.
El recital fue interrumpido cuando aún faltaban varios temas y luego de haber comenzado con retraso. Si bien la decisión se tomó en el marco de una tormenta eléctrica y fue presentada como una medida de seguridad, los fans sostienen que eso no invalida los reclamos posteriores, sobre todo porque previamente se había informado que el show no se suspendía por lluvia.
Los motivos del descontento
El eje central del malestar no se limita a la suspensión en sí, sino a lo que ocurrió después. Muchos asistentes cuestionaron la falta de información clara, la comunicación tardía y la desigualdad en las soluciones ofrecidas.
Expresan que algunos recibieron entradas para una fecha posterior, pero los correos llegaron minutos antes de que comenzara el segundo show o incluso cuando ya estaba en marcha. Otros directamente no pudieron ingresar, mientras que hubo personas que accedieron sin haber pagado entrada. Esta situación fue interpretada por los fans como un trato desigual e indigno.
A esto se sumó el hecho de que una gran cantidad de asistentes no reside en Córdoba capital y había viajado desde otras localidades o provincias, lo que hacía imposible regresar al día siguiente o aprovechar una reprogramación improvisada.
Organización del reclamo colectivo
Frente a este escenario, los fans comenzaron a organizarse para reclamar de manera conjunta. A través de un grupo de WhatsApp que reúne a más de 150 personas, los asistentes avanzaron en un reclamo colectivo extrajudicial, acompañado por un estudio de abogados de Río Tercero.
En palabras de su abogado, el objetivo del reclamo es obtener la devolución del dinero de las entradas y una compensación adicional por los perjuicios ocasionados y el trato recibido. Según se explicó dentro del grupo, las soluciones ofrecidas hasta el momento “no pueden ser consideradas un verdadero resarcimiento”, ya que la ley establece que la elección de la compensación corresponde al consumidor y no puede ser impuesta por la productora.
Esto en referencia a la segunda propuesta enviada por mail, que ofrecía un dos por uno para la próxima edición del evento Bum Bum, fue interpretada como insuficiente, ya que no reemplaza el espectáculo de Shakira ni contempla gastos adicionales como transporte, hospedaje o el valor de entradas ya abonadas.
El descontento, reflejado en Instagram
El malestar también quedó expuesto en los comentarios del posteo oficial de Universo Jiménez en Instagram, donde se multiplicaron las críticas. Muchos asistentes coincidieron en que la tormenta no fue un hecho imprevisible y que existían herramientas para anticipar el escenario climático.
Entre los mensajes más reiterados, se cuestionó la falta de avisos formales: “Podrían haber dicho cuando prendieron las luces del estadio que volviéramos al día siguiente para el show. Así la información llegaba a toda la gente que asistió y pagó”, expresó una de las personas afectadas.
Otros comentarios apuntaron directamente a la solución ofrecida: “Mandar una entrada de obsequio como solución, avisando cuando el show ya había comenzado, resulta una burla total”, mientras que también se repitieron reclamos por la falta de respuestas a correos electrónicos y por seguir pagando cuotas de “un recital incompleto”.
La sensación común entre los asistentes es que el esfuerzo económico, el tiempo invertido y la ilusión puesta en el evento no fueron considerados, un sentimiento que sigue alimentando el reclamo colectivo y mantiene abierto el conflicto con la productora.
Tras una hora de espectáculo se suspendió el show de Shakira: malestar y críticas del público









