Por medio de charlas informales, los máximos referentes de los bloques de diputados nacionales del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio exploran un acuerdo que otorgue una salida al entuerto legislativo que derivó en la escandalosa sesión del martes pasado, aunque persisten las diferencias sobre la modalidad de funcionamiento de las próximas sesiones mixtas.
Altas fuentes parlamentarias de Juntos por el Cambio dejaron trascender ayer a la prensa porteña que no hubo demasiados avances respecto de las posiciones y propuestas que se presentaron en la reunión de Labor Parlamentaria, en el marco de negociaciones que terminaron volando por los aires sin fumata blanca.
Allí, las partes habían logrado un piso de consenso sobre algunos ejes, aunque con planteos irreconciliables cuando se trataba de otros aspectos del protocolo de funcionamiento de sesiones mixtas.
Un acuerdo al que se arribó es que aquellas sesiones en las que se pusieran en agenda proyectos de de mayor envergadura y voltaje, como por ejemplo la mentada reforma judicial o los cambios en el sistema previsional, podrían mudarse a un auditorio más amplio al que ofrece el recinto de la Cámara de Diputados, para favorecer una mayor concurrencia presencial sin comprometer seriamente la salud de los diputados.
Y el otro acuerdo básico es que las sesiones en las que se pusieran bajo tratamiento proyectos de menor interés social y sin conflictividad podían seguir funcionando como hasta ahora, con una mayoría de legisladores conectados vía telemática y un grupo reducido de cerca de 45 diputados participando desde el recinto.
Pero donde persiste la brecha es en cómo funcionarían esas sesiones en los que se traten temas complejos: Juntos por el Cambio propone que sea obligatorio asistir presencialmente para todos los diputados a excepción de aquellos que pertenezcan a algún grupo de riesgo, quienes podrán participar por vía remota.
El presidente del bloque oficialista, Máximo Kirchner, pretende que la asistencia presencial sea optativa y no obligatoria. El temor de Kirchner es que algunos diputados que no tengan certificado de grupo de riesgo se queden sin poder participar de la sesión.
«Diputados debe sesionar en forma mixta, presencial los que puedan, y telemática los que tengan problemas de salud o no puedan viajar», resumió el legislador entrerriano, para enfatizar a continuación: «El Congreso siempre debe estar abierto y tratar todos los temas de interés de los argentinos».
Otro asunto espinoso a resolver es cómo reflejar un eventual acuerdo en la redacción de un nuevo protocolo de funcionamiento de sesiones remotas, dado que tras el escándalo de la última sesión se quebró el vínculo político y en ese contexto de mutua desconfianza un «pacto de caballeros» no pareciera ser una alternativa viable.
El presidente de la Comisión de Previsión y Seguridad Social, Marcelo Casaretto, resumió la postura del Frente de Todos al indicar que hay que «garantizar que 257 diputados nacionales pueden participar de los debates, y que todos los ciudadanos vean representadas sus ideas» porque «eso es la democracia».
El entrerriano recordó en este sentido que en la sesión del martes pasado Juntos por el Cambio «convocó a sus 116 diputados» y acudieron 94.
«Diputados debe sesionar en forma mixta, presencial los que puedan, y telemática los que tengan problemas de salud o no puedan viajar», concluyó.