WASHINGTON.- El sábado, Estados Unidos batió un nuevo récord de contagios diarios al contabilizar 184.000 nuevos casos de Covid-19, un aumento de aproximadamente 31.000 respecto al día anterior, que obligó a varias ciudades a imponer restricciones para frenar las infecciones pese a la negativa de Trump a endurecer las medidas de confinamiento a nivel nacional. No vamos a ir a un confinamiento, yo no iré, este Gobierno no irá a un cierre de las actividades”, enfatizó el mandatario republicano, lanzando la responsabilidad en el nuevo Gobierno, que si asumiera hoy tendría un promedio diario de 140.000 contagios.
Soy el presidente electo, pero no seré presidente hasta el próximo año. El Covid-19 no respeta fechas en el calendario, se está acelerando ahora mismo”, respondió Biden, que reclamó una acción urgente hoy, ahora, por parte de la actual Administración”. Todo indica que, cuando asuma, deberá enfrentar una decisión diferente a la de cualquier otro mandatario entrante: dictar o no una nueva cuarentena nacional para frenar una epidemia que ninguna vacuna podrá detener en el corto plazo.
Según proyectó el prestigioso Instituto de Estadística y Evaluación Médica (IHME) de la Universidad de Washington, Estados Unidos tendrá 438.941 muertos por Covid-19 para el 1 marzo de 2021 con las actuales restricciones, cifra que podría llegar al terrible nivel de 587.000 para esa fecha si los estados relajan las medidas de distanciamiento social y la recomendación de usar barbijo. Por su parte, si bien amagó con reconocer su derrota luego de que el viernes se estableciera que Biden le sacó 74 electores de ventaja (al alcanzar 306 votos en el Colegio Electoral contra 232 del actual presidente), Trump sigue agitando el fantasma del fraude y la movilización de sus seguidores.
El sábado llegó a participar de una protesta en Washington para cuestionar el resultado electoral, que no tardó en generar en incidentes: la manifestación terminó con al menos 20 detenidos y tres heridos, un joven por arma blanca y dos agentes de la Policía, por los enfrentamientos. Y ayer, si bien pareció admitir su derrota en un tuit, no tardó en dar marcha atrás y denunciar de nuevo un fraude masivo sin ofrecer ninguna prueba. Él ganó porque la elección fue amañada”, escribió Trump, aunque minutos después agregó: Solo ganó a los ojos de los fake news media. ¡No concedo NADA! Tenemos un largo camino por recorrer. ¡Fue una ELECCIÓN FRAUDULENTA! ¡Ganaremos!”. Hasta el momento ningún tribunal ni autoridad electoral, incluso republicanos responsables de la supervisión del recuento, validó sus acusaciones.