Luego, en una histórica visita al distrito gitano más grande de Europa (foto), el pontífice se mostró cercano a la comunidad, aseveró que marginar a las personas no resuelve nada” y criticó los estereotipos discriminatorios” que sufren.
No reduzcamos la cruz a un objeto de devoción, mucho menos a un símbolo político, a un signo de importancia religiosa y social”, pidió el papa al celebrar en Presov, en el este del país, la Divina Liturgia con el rito bizantino. El testigo que tiene la cruz en el corazón y no solamente en el cuello no ve a nadie como enemigo, sino que ve a todos como hermanos y hermanas”, agregó el papa.