Cuatro altos funcionarios haitianos que participaron de la redacción del listado dijeron en una investigación que Moise tenía el propósito de entregar esa nómina al Gobierno de los Estados Unidos.
La hipótesis parece corroborarse en las declaraciones emitidas por parte de los sospechosos de estar involucrados en el magnicidio, en donde algunos de ellos manifestaron que la prioridad absoluta de quienes encargaron el asesinato era recuperar dicha lista.
Una figura central en los apuntes de Moise era Charles Saint-Rémy, un hombre de negocios haitiano conocido como “Kiko”, quien para la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA, en inglés), es sospechoso, desde hace tiempo, de estar involucrado en el tráfico de drogas.
Además, es cuñado del ex presidente haitiano Michel Martelly, quien eligió como su sucesor a Moise, y que junto a Saint-Rémy tenían una enorme influencia en el Gobierno del fallecido presidente. Moise murió baleado en su residencia el 7 de julio último, sin que intervinieran los guardias presidenciales, a manos de un comando integrado por militares y policías locales y extranjeros.