El presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció ayer la independencia de las provincias separatistas orientales ucranianas de Lugansk y Donetsk y el ministerio de Defensa ruso anunció el envío de tropas a esos territorios. Si la conversación entre Putin y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, parecía haber puesto paños fríos a los movimientos armados del fin de semana, la decisión de las últimas horas pone a todos los actores en la situación de mayor incertidumbre desde el comienzo del conflicto. Inclusive, a las propias autoridades rusas.
“Considero necesario tomar una decisión largamente esperada: reconocer de inmediato la independencia y la soberanía de la República Popular de Donetsk y de la República Popular de Lugansk”, anunció Putin en un mensaje que fue televisado, al tiempo que le solicitó al parlamento de su país ratificar esta decisión y “los acuerdos de amistad y ayuda mutua con las dos repúblicas”.
“Cuando nuestras propuestas para un diálogo igualitario sobre cuestiones fundamentales quedaron sin repuesta de EE.UU. y la Otan, cuando el nivel de amenazas a nuestro país está aumentando significativamente, Rusia tiene todo el derecho a tomar medidas de represalia para garantizar su propia seguridad”, dijo Putin.
Apenas unas horas más tarde se dieron a conocer dos decretos firmados por el líder ruso que piden al ministerio de Defensa que “las fuerzas armadas” asuman “las funciones de mantenimiento de la paz en el territorio” de Donetsk y Lugansk. Es decir, que las tropas rusas ingresen hacía los territorios que Occidente le había advertido no entrar. Frente a esta noticia, las aerolíneas Air France, KLM, Lufthansa y Swiss Air cancelaron sus vuelos a Ucrania.
Desde Kiev, su presidente Volodímir Zelenski, se comunicó rápidamente con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y de Reino Unido, Boris Johnson. Además, solicitó una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU –integrado por Rusia y Estados Unidos, entre otros-, invocando el artículo 6 del Memorándum de Budapest firmado en 1996, que concedió garantías de seguridad a Ucrania a cambio de la renuncia al arsenal nuclear heredado de la antigua Unión Soviética.
Por su parte, Oleksii Danílov, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad ucraniano, afirmó que Kiev seguirá cumpliendo “sus obligaciones” con “todos los habitantes” de Donbass, la región a la que pertenecen las provincias reconocidas independientes por Putin.
Los repudios de Occidente no se hicieron esperar, e incluso el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, firmó un comunicado en el que consideraba las acciones rusas como “una violación de la integridad territorial y la soberanía de Ucrania” e “incompatible con los principios de la Carta de las Naciones Unidas”.
Estados Unidos impuso sanciones
Tras conocerse la decisión rusa, el presidente estadounidense, Joe Biden, decidió firmar un decreto para “prohibir nuevas inversiones, comercio y financiamiento por parte de estadounidenses desde, hacia o en las regiones” separatistas ucranianas de Donetsk y Lugansk, dijo la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Además, precisó que esas medidas “son independientes y se agregarían a las medidas económicas rápidas y severas” que Washington tiene “preparadas en coordinación” con sus aliados occidentales “si Rusia invade aún más a Ucrania”. La Casa Blanca calificó, de igual modo, el reconocimiento de Rusia como una “violación flagrante” de sus compromisos internacionales.
Europa señala el acuerdo de Minsk
Los países de la Unión Europea (UE) manifestaron su repudio ante la decisión rusa. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, dijeron sentirse “decepcionados” y anunciaron que “no quedara sin respuesta” y que se encuentran coordinando sanciones con Estados Unidos contra Rusia. Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, calificó el reconocimiento de “contrario al derecho internacional”.
A su vez, el jefe de política exterior del bloque, Josep Borrell aseveró que la decisión de Vladimir Putin es “una grave violación a la ley internacional, la integridad territorial de Ucrania y los acuerdos de Minsk”.