Un grupo de científicos del Conicet La Plata descubrió en La Rioja, en el límite con el Valle de la Luna, piezas paleontológicas de 230 millones de años en una zona que, pese a ser cuna de valiosos hallazgos, incluido un dinosaurio, había sido históricamente ignorada.
Durante décadas, la mayoría de los fósiles fueron encontrados en San Juan, y recién a comienzos de 1960 hubo hallazgos en el mismo terreno, pero del lado riojano”, explicó Julia Desojo, investigadora de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata. Se trata del Cerro Las Lajas con rocas de aproximadamente entre 231 y 221 millones de años de antigüedad, y la Formación Ischigualasto, una unidad geológica perteneciente al Triásico Superior.
En 2013, aprovechando una visita a la ciudad de La Rioja junto a otros investigadores, Desojo improvisó una exploración a la localidad Hoyada del Cerro Las Lajas, limitante con el Valle de la Luna en San Juan, y aunque encontraron pocos materiales, intuyeron que había más y organizaron tres campañas en 2016, 2017 y 2019. De esos viajes volvieron con un gran número de huesos de animales que vivieron en épocas remotas y todas las novedades se publicaron ayer en la revista Scientific Reports.
El equipo consiguió exhumar más de cien nuevos fósiles de vertebrados, los más abundantes pertenecen a distintas especies de arcosauromorfos, grupo muy primitivo que incluye al linaje de los cocodrilos y los dinosaurios, entre los que aparecen ejemplares hasta ahora desconocidos. Entre los descubrimientos, se destacan además restos del cráneo y esqueleto axial de otros tres animales emparentados con cocodrilos actuales no solo por su apariencia sino por tener hábitos semiacuáticos: Proterochampsa, Aetosaurorides (a su vez también parecido a una mulita), y un paracocodrilomorfo que no se pudo determinar con exactitud.
Asimismo, aparecieron restos de cinodontes, formas relacionadas a los mamíferos, más específicamente correspondientes al género Exaeretodon, un herbívoro cuadrúpedo del tamaño de un tapir. Si bien se trata de una fauna de la que hay registros para esa época a nivel mundial, no había hasta el momento evidencias de su existencia en ese territorio.