Quienes nos dedicamos a la gerontología solemos repetir algunas ideas, conceptos, nociones que nos parecen importantes para promover Un Mundo Para Todas las Edades. Entre ellas, hoy, quiero destacar las siguientes:
HAY VEJECES – Las personas somos diferentes y si bien, los contextos crean rasgos identitarios comunes para sentirnos que formamos parte de una comunidad, lo cierto es que no es lo mismo envejecer en el campo que en la ciudad; contar con una jubilación que no tenerla; ser un varón o una mujer mayor CIS o Trans; vivir solo, con un cónyuge, en una residencia o en un hogar en el que coexisten tres, cuatro, cinco generaciones. La vejez es HETEROGÉNEA. Hay tantas formas de envejecer como personas mayores habitan este mundo.
VIDA INTERGENERACIONAL – El envejecimiento poblacional, la prolongación de la expectativa de vida nos desafía permanentemente. Desarrollar estrategias para lograr la convivencia intergeneracional sin que nadie quede fuera es, por lo menos para mi, apasionante. Ya no es tan extraño encontrar personas mayores bisabuelas; espacios de trabajo con empleados de 20, 30, 40, 50 y 60 años; equipos creativos de todas las edades. La coexistencia etaria llegó y prevé quedarse muchos años. Esta no es solo la época, el momento de las juventudes, sino también es el presente de las personas de mediana edad y mayores. El gran desafío será hacernos lugar; gestar un Mundo Para Todas las Edades, evitar pelear, combatir, segregar y desempoderar a los más viejos bajo la falaz idea de que así y solo así es posible darle lugar a los más jóvenes. Promovamos espacios de encuentro intergeneracionales para achicar las distancias viejistas/edadistas que se activan cuando elegimos aferrarnos a nuestros prejuicios.
ENVEJECER ES VIVIR – Mientras estemos vivos, estamos invitados a vivir. A vivir como elijamos. Y me detengo en el verbo “elegir”. Vivir de forma autónoma requiere conocernos, saber quienes somos, qué deseamos, conocer cuáles son nuestros deseos para no resignar el derecho a desplegar nuestras potencialidades a lo largo de la vida. Resulta imprescindible hacernos cargo de nuestras elecciones y activar las herramientas que a lo largo de la vida hemos desplegado para poder seguir siendo dueños, dueñas de nosotros mismos. Aún en la enfermedad, aún en la discapacidad, aún cuando estemos atravesando momentos difíciles. Nos da miedo hablar de la vejez porque estamos transitando un cambio de paradigma. Estamos construyendo nuevas narrativas más reales y menos encorsetadas que requieren de personas mayores dueñas de sí mismas, generosas y abiertas al encuentro. Dicho esto, quiero destacar dos vivencias de las últimas semanas.
La Primera: Loris Waquim es amiga y mamá de un compañero de la escuela de mis hijos. Días atrás me invitó a que conociera la empresa familiar en la que trabaja ubicada en pleno barrio General Paz de la Ciudad de Córdoba. En vísperas del año nuevo, le pedí a mi hermana, que estaba de visita, que me acompañara. Llegamos a la fábrica de corsetería Prima Piel (www.primapiel.com.ar) Esperaba encontrarme con lo de siempre: percheros llenos de ropa interior, empleadas vendiendo o embalando, la típica producción en serie. Sin embargo, lo que hallé fue una postal impensada. Por un lado, los niños de Loris explorando los espacios más recónditos del galpón colmado de cajas, telas y grandes mesones de trabajo. Por el otro, mujeres aprendiendo el oficio gracias a un programa de formación en el que las capacitan en el arte de diseñar un corpiño o una bombacha a medida. Empleadas atentas y abiertas a la escucha y tres personas mayores: Cecilia Velasco de Waquim (62), Daniel Alberto Waquim (68) y Carlos Eduardo Waquim (74) liderando una empresa cordobesa de más de 50 años cuya propuesta de valor consiste en brindar un servicio que tenga en cuenta las necesidades de cada clienta sin distinción de edades y/o condiciones físicas.
“Entre el 75 y el 80% de las mujeres en el mundo se encuentran insatisfechas con las propuestas de corsetería. La mujer que tiene una necesidad distinta al estereotipo de pasarela no encuentra lo que necesita. Nosotros hemos desarrollado una tecnología que se adapta a cada mujer. Y eso ha generado nuevos oficios como el de la asesora de probador calificada, que se entrena para atender poder diagnosticar y ofrecerle a la clienta lo que necesita; y el de sastre corsetera que es la que adapta el producto al cuerpo de cada persona. Un trabajo artesanal. Atendemos a mujeres que han pasado por una mastectomía, quemaduras, operaciones de columna, etc.”, me explicó Daniel Waquim.
Hay mucho más por decir y contar de mi visita a Prima Piel. Me quedo con esto: las personas mayores que innovan, se adaptan a los cambios, transforman la realidad y gestan espacios de trabajos intergeneraciones ¡EXISTEN! Las personas mayores que crean, inventan, caminan y acarician la cabeza de niños de 10, 9 y 5 años mientras planifican una reunión por Meet con clientes de Dubai ¡EXISTEN! Las personas mayores que incorporan nuevas herramientas, que aprenden, ayudan y se dejan ayudar, que confían en las generaciones más jóvenes, que comparten sus conocimientos y habilitan que otros también lo hagan, ¡EXISTEN! Y no son una excepción. Basta afinar la mirada, hacer foco, desechar las creencias viejistas para poder encontrarlas. Hay Vejeces. Vida Intergeneracional. Envejecer es Vivir.
La Segunda: El Grupo Cordobés GEA (sí, el de la obra social prepaga) inauguró el Policlínico Pucará (Av. Pucará 1749, Córdoba) especialmente destinado a personas mayores beneficiarias de la obra social Pami. No daré aquí datos generales que pueden encontrar en su página web (www.sanatoriodelacanada.com) Deseo destacar lo siguiente: María Llanura Roldán, gerente interinstiticional del Grupo GEA; Mauro Cusatti, Director de Operaciones Médicas y Sergio Metrebian, Gerente Asistencial de los Sanatorios y Policlínicas de La Cañada fueron las personas encargadas de recibirnos y compartir los logros y desafíos para este 2025. En su narrativa dejaron en claro que conocen muy bien a su público destinatario. Que a lo largo de estos años pudieron relevar sus necesidades y desarrollar un servicio que hace énfasis en la prevención de enfermedades. Quedó claro también que creen en las potencialidades de las personas mayores destinatarias y en la importancia de poder ofrecerles un servicio a medida, teniendo en cuenta su heterogeneidad. El lenguaje que utilizaron en los discursos inaugurales fue empoderante (en oposición al tutelar que suele emerger en contextos viejistas) y fue evidente que han pensado un servicio para personas con deseos y necesidades puntuales que deben ser abordadas desde el paradigma de derechos. A lo que se le suma que todo el personal del Contact Center ha sido entrenado para empoderar a los beneficiarios PAMI en el uso de los entornos digitales de la obra social. Lejos de tutelarlos, brindan un servicio de acompañamiento que invita a que, las casi 23.000 personas mayores con las que trabaja el Grupo Gea, no queden fuera de la vida digital. Hay Vejeces. Envejecer es Vivir. Sin Estereotipos Hay Buen Trato.
Por Sol Rodriguez Maiztegui, comunicadora Social, Gerontóloga y Creadora de El Club de la Porota.
Porota sos vos, soy yo, somos todas las personas envejecientes
Escribinos a porotavida@gmail.com. Si querés recibir información, reflexiones y/o material de divulgación en tu celular escribinos al 351 153062752
Encontranos también en www.elclubdelaporota.com y en instagram, YouTube, Spotify y Facebook como @elclubdelaporota