En épocas de inmediatez, de consumo desmedido, de vivir en un día a día tan complejo, donde todo parece ser fugaz, efímero, nos parecía importante dejar de correr; frenar la pelota, suspender el movimiento del mundo y sentarnos debajo de la sombra de un árbol a pensar y a reflexionar sobre temáticas importantes para la vida; en este caso, la generatividad.
“De acuerdo con la teoría del desarrollo de Erik Erikson (1950), la generatividad es el reto al que la persona se enfrenta en la mediana edad. Se define como el interés por guiar y asegurar el bienestar de las siguientes generaciones y, en último término, por dejar un legado que nos sobreviva”.
La definición no es mía, claro está. Pertenece a un estudio realizado por Feliciano Vilar, Olatz López y Montserrat Celdrán para SciELO España, una biblioteca virtual formada por una colección de revistas científicas españolas de ciencias de la salud.
Feliciano Villar es profesor titular del Departamento de Cognición, Desarrollo y Psicología de la Educación de la Universidad de Barcelona. Es el director del Grupo de Investigación en Gerontología (GIG). En pocas palabras: una eminencia en el campo. Y tuve el placer y la dicha de poder dialogar con él en torno al concepto de generatividad.
Le pedí lo siguiente: ¿cómo le explicarías a alguien (como yo) que no sabe absolutamente nada sobre gerontología qué es el concepto de generatividad?
“Esto de la generatividad es algo muy fácil. Es uno de los temas fundamentales de la vida. El interesarse por, de alguna manera, dejar una huella, un legado en los demás que nos vaya a sobrevivir. Eso es la generatividad. Es decir, ser capaz de contribuir para que los demás estén mejor, para que el mundo pueda mejorar con independencia, o sea, más allá de mi propia existencia y de mi propio beneficio personal. Hay una frase que yo siempre menciono, que he extraído de una serie de Netflix que se llama Afterlife, que yo creo que expresa muy bien esto de las generatividades, es que el mundo crece y mejora cuando las personas mayores son capaces de plantar árboles a cuya sombra ellos no se van a poder sentar. Eso es ser generativo. Es estar comprometido con la humanidad, con la mejora del mundo, más allá de mi propia existencia, dejar un legado a los demás. De alguna manera intentar dejar el mundo un poco mejor del que recibiste. Es algo que se supone que hacen sobre todo las personas de mediana edad. Por ejemplo, teniendo hijos contribuyen a este ciclo generacional, comprometiéndose con instituciones. Algunos tipos de trabajo también son muy generativos y contribuyen. Y es algo que puede tener mucho sentido cuando uno es mayor, obviamente en un sentido transformado. Ahora ya no estamos hablando de tener hijos como algo generativo, como algo que contribuye al mundo, sino estamos hablando de contribuir de otras maneras, a partir de la experiencia, a partir de los cuidados, etcétera”.
Me gustó lo del árbol y su sombra. Me dejó pensando en esos Eucaliptos centenarios sobre la Avenida Cordillera en los cuáles nos trepábamos para hacer chozas y pasábamos tardes enteras en la niñez. ¿Quién los plantó? ¿Quién o quiénes pensaron en nosotros y nuestras chozas y en los niños de hoy? Pienso también en los árboles frutales de la casita de mi abuela. Tienen más de 80 años y siguen dando frutos.
La pregunta me asalta: ¿se puede estimular la generatividad? La sensación que tengo es que se trata de una cualidad humana que, en primera instancia, suena lógica: hacer algo por los demás, algo que otros disfrutarán. Le transmito mis inquietudes a Feliciano y él vuelve a poner luz sobre el tema: “La respuesta es sí, es posible estimularla y también es posible obstaculizarla. La generatividad no es algo obligatorio. Alguien puede decidir no ser generativo y yo creo que tiene todo el derecho también. Pero si queremos estimularla en la vejez, yo creo que se puede hacer desde diferentes puntos de vista. Puede haber un punto de vista más cultural, macro, que tiene que ver con la desactivación de estereotipos tradicionales del envejecimiento y de la vejez como un declive. Intentar doblegar esta narrativa de pérdida que está siempre asociada a la vejez y que nos hace pensar a los mayores como menos aptos, como pasados de moda, como anclados en otras épocas, como menos útiles, como básicamente enfermos y como una carga para la sociedad. Desactivar todo eso daría una oportunidad muy grande a volver a valorar la experiencia y los valores de la vejez que en otras culturas o en otros tiempos históricos tienen una consideración muy diferente a la que tienen en el nuestro. Eso por una parte. Y después, cosas quizá más concretas. Yo creo que hay al menos dos vías para fomentar la generatividad en la vejez. En primer lugar, ofrecer oportunidades para que las personas mayores sigan participando y sigan aportando y que se valoren esas aportaciones. Un ejemplo de esto puede ser los programas intergeneracionales, en los que las personas mayores aportan cosas, no solamente son receptores, sino aportan cosas a personas de otras generaciones, ya sea de su familia o especialmente si estamos hablando de programas intergeneracionales de fuera de su familia. Hay multitud de ejemplos, desde mayores que van a las escuelas a contar cuentos o hacer historias, lecciones de historia vivida; personas mayores que se apuntan en programas de voluntariado, en museos, haciendo de guías. Y después hay una segunda vía más concreta y es a partir de la educación y de la formación. Uno es capaz de aportar en función de las habilidades y de las aptitudes que tenga. Todo el mundo tiene habilidades y aptitudes, pero uno las puede reforzar, construir, ampliar a partir de la educación. Es decir, la educación de personas mayores no entendida únicamente o no solo como una actividad de ocio, sino entendida como una actividad que tiene un fin instrumental para incrementar nuestras aptitudes, nuestras habilidades y poder contribuir más y mejor a los demás para reforzar esta vertiente generativa que tenemos o que tienen algunas personas y que conservan muchas personas mayores”.
Aunque los pasos comiencen a ser más lentos (apenas, apenitas) nunca es tarde para seguir dejando huellas y marcando un sendero donde otros y otras puedan retomar el camino. Quizás sea momento de plantar un árbol, dar vida, oxígeno y sombra.
Por Gringo Ramia para El Club de La Porota
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Árbol y poema
Aquí hay un árbol:
el viento canta poemas sin palabras
en su amplia copa.
Sé
que el destino del árbol es convertirse en papel:
un papel con ansias de palabras
Sé
de una palabra con ansias de plasmarse en el papel
de una palabra con ansias de empezar un poema
Sé
de un poema no escrito que ansía su primera palabra
de un poema que ansía su poeta
Pero sé también
que el poeta sufre
cuando se tala el árbol para hacerlo papel.
Maria Wine
(Copenhague, Dinamarca, 1912- 2003)
Desde su juventud vivió en Estocolmo, Suecia y escribió toda su obra en sueco de Nattlandia, 1975 en Antología, Plaza & Janés (Selecciones de Poesía Universal).
Música por motivos de fuerza mayor: El próximo martes 1 de octubre conmemoramos el día internacional de las personas mayores junto a la Fundación Fuerza Mayor. Desde EL CLUB DE LA POROTA queremos invitarte a que compartas una noche para reflexionar sobre los estereotipos y prejuicios en relación a la vejez y el envejecimiento ¡Un momento para bailar, cantar, disfrutar al son del tambor y de Fuerza Mayor! Esta «fuerza irresistible» no solo te hará bailar, emocionar, pensar y reflexionar, te va a transformar. Prepárate, porque tenes un verdadero “motivo de fuerza mayor” para no faltar. Te esperamos en el Teatro Comedia (Rivadavia 254) el martes 1 de Octubre a las 20h. La entrada es libre y gratuita sujeta a la capacidad de la sala. Se retiran por boletería. Llegá con tiempo.
Obra de teatro: Mi Pueblo Esperanza es la puesta en escena que liderará las actividades que el Programa Bienestar de la Universidad Provincial de Córdoba tiene previsto para el 1 de octubre, día mundial de las personas mayores. La obra rinde homenaje a las maestras rurales y su rol en la transformación de comunidades. El encuentro liderado por personas mayores, se llevará a cabo a las 19h. en el Teatro Ciudad de las Artes de la UPC (Av. Pablo Ricchieri 1955) No te quedes afuera. Entrada gratuita hasta agotar la capacidad de la sala. Más información upc.edu.ar / Link en la bio de la cuenta de Instagram: @upc_cordoba