Gatillos fáciles
Sin dudas, muchos estamos sensibilizados por los crímenes cometidos por policías en los últimos años. Los casos de Fernando «Güere» Pellico en Los Cortaderos, Joaquín Paredes, en Paso Viejo; y Valentino Blas Correas, en nuestra ciudad son solo tres de los gatillos fáciles que mantienen a la institución policial en un estado de atontamiento del que no puede emerger.
Próximamente, en la Cámara Octava, serán juzgados los policías Cristian Montoya y Lorena López, ambos de Villa de Soto, quienes, el 8 de noviembre del 2015, balearon por la espalda a Braian Brion Figueroa, de solo 18 años.
Según la acusación, aquella noche, Braian y un menor de 15 años se encontraban en inmediaciones de un baldío, cuando llegó el móvil policial. Posiblemente asustados, los jóvenes se escondieron entre los arbustos y arma en mano, Montoya y López fueron a buscarlos. En dicha circunstancia sorprendieron a la víctima indefensa y Montoya le habría disparado sin que existiera ningún riesgo para él, ya que el joven no estaba armado ni lo estaba enfrentando. La policía López, en tanto, le habría dicho a Montoya: «¡Quemalo, quemalo!». Con el chico malherido, ya que sufrió un neumotorax, los efectivos se retiraron como si nada hubiera sucedido. Socorrido por vecinos que lo llevaron raudamente al Hospital Aurelio Crespo, el herido salvó milagrosamente su vida.
Ambos policías están imputados por la tentativa de homicidio calificado por alevosía y abuso de funciones agravado por el uso de arma de fuego. En caso de ser encontrados culpables, podrían recibir una dura condena. Por lo tanto, no deja de sorprender que estos dos policías estén libres y trabajando. Es más, Montoya después de este hecho, se convirtió en Jefe de los bomberos de Cruz del Eje. Simplemente, ¡increíble!
¿Otros más?
En la Cámara Décima del Crimen se acerca el final del juicio a la denominada Trenza de los remates de tribunales”. Según la acusación, más de 20 imputados estaban organizados para manejar todo lo relacionado con las distintas subastas de bienes, y lograr así pingües ganancias.
El modus operandi consistía en un repertorio que iba desde aprietes e intimidaciones hasta participaciones directas en la fijación de los precios y la compra de lo rematado.
Sin embargo, el defensor del imputado Walter Bucheme, el abogado Francisco Lavisse, insiste en que la investigación del fiscal Enrique Gavier fue incompleta. De hecho, en el año 2018 presentó una denuncia penal que sin novedades sigue estando en el fuero Anticorrupción. En tal sentido, menciona el testimonio de un funcionario judicial que involucró a sus primos Cristian y Miguel Cáceres como integrantes de la trenza «no investigados». Según este testigo, detrás de los que ponían la cara en esta agrupación delictiva había grandes inversores y distintas inmobiliarias. Lavisse declaró que «hay inmobiliarias pequeñas que manejan inmuebles de estos grandes inversores, que además saben de algunas inmobiliarias que trabajan de manera directa con la Trenza».
Según Lavisse, habría muchos nombres de gente que nunca fue investigada, y por eso cuestiona al fiscal Gavier. Por lo pronto, en el actual proceso la mayoría de los imputados reconocieron los cargos. A partir de ahora será muy importante la sentencia y las eventuales derivaciones que puedan fundamentar los jueces Juan José Rojas Moresi, Mónica Traballini y Eugenio Pérez Moreno.
Mientras tanto, la pregunta queda en el aire: además de los 24 juzgados, en La Trenza ¿había varios más?