Debemos reconocer que la actual Corte Suprema se esmera para que los argentinos periódicamente aprendamos conceptos del Derecho, mientras engordamos el descrédito y la desconfianza hacia un Poder fundamental pero caído en desgracia, al estar integrado por demasiados jueces inescrupulosos y sólo preocupados por cuidar intereses corporativos y conservar sus cargos y privilegios.
Hace algunos días, los jueces Maqueda, Rosatti Y Rosenkrantz (con la circunstancial abstención de Lorenzetti), sobreseyó al ex ministro de economía de los ex Presidentes Carlos Menem y Fernando De La Rúa, Domingo Felipe Cavallo, de la condena a 3 años y 6 meses de prisión por el delito de peculado, y por haber cobrado sobresueldos con recursos de la ex Side cuando integraba el gabinete del mandatario riojano. El argumento usado por la Corte fue el “principio del plazo razonable”, ya que desde su inicio, esta causa judicial ya tenía 18 años de existencia, incluyendo casi 6 en el propio máximo Tribunal.
Por supuesto, que más allá del contenido de la doctrina, es de sentido común que un imputado no puede estar tanto tiempo a merced de los jueces. Obvio que muchos abogados defensores presentan todos los recursos posibles en las diferentes instancias con el propósito de “patear la pelota” para adelante y hacer que el tiempo transcurra. Pero no se puede creer tanta “mora selectiva” para que finalmente opere la prescripción o para “zafar” de algún modo. Claramente son ayudas intencionales de magistrados que saben perfectamente lo que están haciendo y con total impunidad.
¿Acaso la Corte no sabía que urgía resolver esta cuestión?. Cavallo podía quedar detenido o eventualmente con prisión domiciliaria, pero la Corte se encargó de salvarlo con el argumento que “el partido ya había terminado”. De todos modos no debemos alarmarnos y mucho menos en estos tiempos de estigmatizaciones por doquier. Por ejemplo podríamos pensar, que lo ocurrido fue posible gracias a la casta judicial.