La psicología asegura que las personas configuramos la realidad según nuestras necesidades y deseos. Por lo tanto, así como una moto es una «herramienta de trabajo» fundamental para los delincuentes que arrebatan en las calles, las barretas y fierros fuertes lo son para aquellos cuya especialidad es la rotura y apertura de puertas y garages. Y fue justamente durante el año 2021 cuando esta modalidad de robo se puso de moda entre los jóvenes y ágiles ladrones, quienes reventaban portones en distintos barrios de la ciudad, forzando y rompiendo las trabas y cerraduras para llevarse los autos, y si los dueños de las casas no estaban, muchas pertenencias más. Tan hábiles eran los raptores que hubo casos de víctimas que ni se dieron cuenta que les habían abierto el portón y sustraído el vehículo. Además, y para romper la rutina, la banda de tanto en tanto viajaba al interior provincial para cometer robos en localidades como Montecristo, La Puerta y Río Primero, tal como luego quedó acreditado.
Hace algunos días, y a instancias del fiscal Gustavo Arocena, la Cámara Primera del Crimen condenó a trece de estos habilidosos delincuentes, todos menores de 23 años, la mayoría de cuerpos menudos y sin antecedentes, a penas de entre 4 y 8 años de prisión, por asociación ilícita agravada. La prueba sobre 27 hechos era tan importante que casi todos admitieron los hechos sin demasiadas vueltas. Pero además, la muy buena investigación que hizo el fiscal Rubén Caro permitió cruces telefónicos desopilantes en los que estos malechores se referían a levantar portones y autos con una naturalidad propia de quien abre una canilla para poner agua en un vaso.
Como dijo uno de los investigadores, es increíble que siendo «tan changos» sean tan buenos para robar; en las conversaciones descubiertas, los malhechores hablaban de los autos sustraídos y de cómo los iban a vender o desarmar, como si fueran veteranos en el oficio. Por supuesto, si se portan bien en la cárcel, dentro de algunos años recuperarán la libertad, y nadie puede asegurar que no vuelvan a convertirse en la temible banda de los rompeportones.