A poco tiempo de su muerte, para revisitar su vida, la Biblioteca Nacional y el Departamento de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA organizaron unas jornadas en las que se convocaron amigos, cómplices, editores, compañeros de trabajo, lectores y estudiantes de David Viñas (1927-2011).
Voz insoslayable de la cultura argentina y latinoamericana. Cofundador de la revista “Contorno”; guionista de filmes como “Dar la cara”; autor de obras teatrales como “Tupac Amaru” y de novelas como “Cuerpo a cuerpo” o “Los dueños de la tierra”. Compositor de ensayos como “Indios, ejército y frontera” o de su fundamental “Literatura argentina y realidad política”.
En aquellas jornadas, entre otros, dieron testimonio: Horacio González, María Pía López, Américo Cristófalo, Miguel Vitagliano, Susana Santos, Martín Kohan, Marcos Zangrandi, Miguel Villafañe, Marcela Croce, Julia Elena Sagaseta, María Gabriela Mizraje, Guillermo Korn, Juan Laxagueborde, Josefina Ludmer, Gabriela García Cedro, Alejandra Laera, Guillermo David, Darío Capelli, Eduardo Grüner, Andrés Tronquoy, Diego Forte y Emiliano Ruiz Díaz. Dichas intervenciones fueron luego reunidas y publicadas en el libro que aquí comentamos: “David Viñas. El último argentino del siglo XX” (Ediciones Biblioteca Nacional, 2022), en el que Viñas es abordado en tanto escritor de novelas y cuentos, viajero, crítico literario, teatrista, conversador de bares, lector, cinéfilo y guionista, profesor universitario, autor, latinoamericanista, fundador de revistas, intelectual comprometido existencialmente.
Balance. El libro tiene cierto tono a réquiem, aunque el recorrido plasmado también pudiera leerse como una introducción a una obra fundamental, forjada por un estilo singular: tesis fuertes y una ética intelectual.
Destinada a la denuncia de las formas de dominio ejecutadas por la oligarquía argentina y, sobre todo, aquellas ejercidas desde mascaradas culturales a las que Viñas desnudó una y otra vez, poniendo en evidencia su trasfondo esencialmente político.
Sacar a la literatura de la torre de marfil y leerla desde el barro y la sangre de la historia: “leer políticamente la literatura”, acaso fuera su programa de trabajo. ¿Qué significa leer? ¿Qué es la literatura? ¿Qué es la crítica? Y ¿qué es la Argentina? Esas fueron algunas de sus preguntas vertebradoras.
Sobre su estilo, María Gabriela Mizraje, consiga: “Los dueños de la tierra, su cuarto libro, una novela decisiva en la narrativa latinoamericana de mediados del siglo XX en la cual la conciencia social se desenvuelve como la certeza de un derecho. Viñas, con un estilo inconfundible, es el dueño de una prosa fértil en imágenes, de ritmo ágil, de golpe conceptual, de oído sensible a las formas orales y de alianza con las urgencias de la realidad. Corta a cuchillo y marca”.
El libro anhela a comprender la totalidad de la trayectoria de Viñas, la cual siempre estuvo consustanciada con las fricciones de la historia argentina. “En 1979, casi tres años después del secuestro y desaparición de su hija Mini y unos meses antes de que lo mismo padeciera su hijo Lorenzo, David Viñas publica en México, en el exilio, Cuerpo a cuerpo, su novela contra la dictadura… Viñas comentaba que lo imperante en la novela era ‘ese discurso del poder que nos impregna y por el que soy y somos hablados y del que intento ser un lapsus’…”, señala Miguel Vitagliano.
Escritura, metodología y pensamiento materialista, para Martín Kohan “la aspereza de la escritura de Viñas puede deberse también a esto, a que trabaja con las palabras como se trabaja con los materiales duros, a que las aprieta cómo se aprietan los dientes en el gesto de la rabia. Estas marcas, presentes ya por caso en Los dueños de la tierra, Viñas las fue acentuando, usando cada vez más a la literatura para interpelar a la política directamente, en vez de subordinarla en la función usual de representar a la política en su realidad social más reconocible”. Viñas, remata Kohan, “escribe en una lengua que es ya casi personal. Viñas ha creado algo más que un estilo, escribe en su idiolecto”.
Hombre del siglo XX, su trabajo intelectual, como el libro que reseñamos, también anhelaba la totalidad. Al respecto, Marcela Croce señala: “La actividad teatral fue apenas un paréntesis en la carrera de Viñas, que prefirió los ensayos y la narrativa extensa. Ejercicio discepoliano —en la serie local— brechtiano —en las técnicas materialistas— y sartreano —en la figura del intelectual crítico capaz de avanzar en todos los dominios— se enlaza con las preocupaciones que sostienen sus otras discursividades: la revisión de la historia, el juicio a la política, el trazado de series de resistencia, la vocería de los oprimidos. El lenguaje dramático, con su exigencia de inmediatez creciente, se integra así al performativo crítico que diseña una razón polémica, indignada, denunciante”.
Entonces, balance del trabajo de Viñas, o posible introducción para lectores del problemático y virtual siglo XXI. El libro culmina con una conversación entre López, Grünner, Cristófalo y Capelli en la que se debate sobre las posiciones, desafíos y tareas de la vida intelectual. Y, sobre todo, se discute sobre la elección de Viñas por un modelo: “Walsh. Ahí entiendo que cuando te ponés cada vez más crítico, corrés el riesgo de que te maten. Es decir, que la criticidad, el criticismo se verifica en tu cuerpo. El cuerpo es el lugar de la muerte”.
El libro se presenta hoy a las 18hs en la sede Juan Filloy de la Biblioteca que funciona en la calle 27 de Abril, 375 (en la Biblioteca Córdoba). Participarán de la presentación: Candelaria de Olmos, Eduardo Rinesi y Carlos Gazzera. Quienes también darán cuenta de la edición crítico genética de “Literatura argentina y política”, de Viñas, publicada por Eduvim en 2022.