Por Juan Ignacio de Rezendes
Los incendios forestales son un problema acuciante año a año en la provincia. En lo que va de 2024 se quemaron más de 93.000 hectáreas en el territorio cordobés. Un dato más alarmante aún es que el 80% de esa superficie se incendió durante el mes de septiembre, según indica el último informe de la Secretaría de Gestión de Riesgo Climático, Catástrofes y Protección Civil del Gobierno de la Provincia de Córdoba. En ese sentido, el documental “Fuego sin ley” (2024), dirigido por Julián Rata Liendo brinda un valioso aporte explicativo sobre la problemática. El trabajo audiovisual registra mediante entrevistas a especialistas, vecinos de las zonas afectadas, bomberos voluntarios y efectivos de la policía, algunos de los incendios que tuvieron lugar en los últimos 4 años, para ahondar sobre esta situación alarmante. En ese contexto se debaten los posibles orígenes de los focos de incendios y cómo está en juego “el futuro de todos por intereses económicos”.
“Fuego sin ley” es un trabajo “100% autogestivo”, resultado de una investigación de estudiantes de la Escuela de Diseño y Comunicación Audiovisual “La Metro”. La propuesta se estrenó en salas por primera vez el domingo 3 de noviembre en el Centro Cultural Comunitario Leonardo Favio de Villa María. A la ciudad de Córdoba llegó el último jueves en el Cineclub Municipal Hugo del Carril (bv. San Juan 49), en el marco del ciclo “Cordobeses”. Previamente, la pieza se subió a Youtube, donde alcanzó unas 15.000 visualizaciones con un alto grado de finalización por parte del público. “No es poca cosa porque dura una hora y ya sabemos cómo son las paciencias de los espectadores actuales”, reconoce el director del documental, Julián Rata Liendo.
¿Cómo surgió “Fuego sin ley”?
-Esto surgió dentro de la universidad. Estaba estudiando cine en La Metro y teníamos que realizar la tesis. Podíamos elegir entre hacer una ficción, documental, largometraje, corto, animación. Había varias opciones. Veíamos que había muchos incendios y se nos ocurrió que podía venir por ese lado.
Comenzaron en 2020, ¿qué los motivó a rodar?
-Yo veía que los médicos venían haciendo su sacrificio por la sociedad. También, que los bomberos en plenos incendios salían pese a la amenaza del Covid-19 e igual salían a apagar estos fuegos, se me ocurrió que podíamos documentar eso.
Julián recuerda que cuando iniciaron el proyecto la problemática se agravó rápidamente. En 2020 se observaron un total de 316.150 hectáreas incendiadas, acorde al “Diagnóstico Ambiental 2020” realizado por la Secretaría de Ambiente de la Provincia de Córdoba. “Una de las preguntas más fuertes fue ¿Por qué el año de la pandemia, en el que estamos la mayoría encerrados, es el año con más incendios? Esa pregunta me llevó a ir cada vez más lejos y a informarme un poco más, a llegarme al territorio, a preguntarle a los vecinos, a profesionales, etcétera”. Al mejor estilo del reconocido realizador de trabajos documentales, Errol Morris, el equipo de “Fuego sin ley” fue buscando distintas fuentes para construir una mirada. “Una de las conclusiones que pudimos sacar luego de escuchar a varias fuentes, es que los incendios son multicausales. El 99% de los incendios provienen por alguna acción directa o indirecta de la mano del hombre”, comenta Julián en la entrevista telefónica. Aunque agrega que eso no significa que todos los incendios son intencionales. Sin embargo representan “un gran porcentaje”.
En un principio, el proyecto tenía como fin lograr la tesis de grado. ¿Se encontraron con un trabajo mucho más amplio y profundo de lo que quizás habían imaginado al principio?
-Imaginamos que podía llegar a tener algún tipo de impacto pero no como el que está teniendo. Con el correr del tiempo se acrecentaba más la situación. Lo que tenía claro que quería hacer algún aporte a la sociedad. Mi aporte a la sociedad era investigar, tratar de visibilizar, tratar de acompañar a Bomberos, a la gente que lo sufre y a las víctimas darle una voz. Quiero que se replique eso en la sociedad. Si todos ponemos nuestro granito de arena o nuestro granito de agua, vamos a recuperar muchas cosas.
El género documental se caracteriza por tomar fragmentos de la realidad, mostrarla con un encuadre y en muchas ocasiones tiene una especie de trasfondo de denuncia. ¿Crees que hay un papel protagónico en el documental de sensibilizar y poner el tema en agenda?
-Sí, yo creo que sirvió ponerlo en agenda, porque también obliga a otros a mostrar su postura. Y si su postura está en ser negacionista queda en evidencia. Me parece que es necesario visibilizar el problema. Si bien en el documental no vas a encontrar un nombre preciso o una acusación a alguien, yo busco acercar las herramientas, la información para que investigues, para que saques conclusiones. Si yo identifico todo en un nombre concreto ocurren dos problemas. Primero empiezo una pelea personal. Y en segunda instancia, el día de mañana, si esa persona no está, muchas personas pueden creer que el conflicto se soluciona. Y en realidad no es tan fácil. Hay que avivarse, empezar a abrir los ojos, y dejar de comerse algunos versos que nos pueden llegar a tirar políticos de turno.
En un fragmento utilizan el testimonio de un apicultor que cuenta cómo perdió todo a raíz de un incendio. El hecho de humanizar la temática de los incendios y mostrar no solo como afecta a la parte natural del ecosistema, sino de mostrar cómo eso repercute y se traslada a las personas y su trabajo, ¿es una forma de bajar a tierra el problema? ¿De mostrar que eso que él cuenta le puede suceder a cualquiera?
-Hay una frase que dicen todos que hay que darle tiempo. Por ejemplo, es hasta que los problemas no me lleguen a mí, yo no me voy a sensibilizar, yo no me voy a mover, pero cuando me lleguen voy a pedir empatía para el resto. Necesitamos un poco más de empatía. No todo siempre va a circular netamente por lo económico. A veces van a necesitar acompañamiento psicológico, acompañamiento de gente que vaya a ayudar. Se necesitan muchas cosas. No es solamente una cuestión de darle dinero a alguien y decirle “tomá tu plata, fijate cómo te arreglas y cómo recuperas todo lo que perdiste”. No todo se reduce al dinero. Para mí se requiere un abordaje multidisciplinario.
El documental tiene mucho trabajo en campo, en el momento en el que transcurrían los incendios. ¿Cómo era su acercamiento al lugar de los hechos? ¿Ustedes intuían y estaban preparados para salir o les avisaban con anterioridad cuando se gestaba algo?
-Además de las múltiples ocasiones de incendios, tenía contactos frecuentes con bomberos que me alertaban cuando se gestaba un incendio y tenía características de gran magnitud. Eso sabe por los vientos, por la humedad del aire y otros factores. Lo que más nos llamó la atención es que muchas veces sucedían incendios justo en los momentos más calurosos, de menor humedad, con ráfagas de vientos fuertes y en lapsos dónde había muchos focos en simultáneo. De alguna manera eso resulta en un colapso del sistema de bomberos porque es imparable.
Hay un momento en el que la película coquetea con el thriller, cuando la gente se acerca a ayudar durante un foco y aparece un oficial de policía que señala que se valora la voluntad de los vecinos pero a veces esa misma voluntad termina complicando las cosas…
– Esa fue otra mirada que le quisimos dar. Nosotros sabemos que la gente se conmueve, que tiene ganas de ir a ayudar a parar el fuego, llevar botellas de agua o lo que sea, pero cuando se empiezan a meter en el territorio complican. Te pongo un ejemplo: si pasa un avión hidrante a tirar el agua y eso te llega a caer es como que venga una patada ninja en tu cara, te golpea y es peligroso
El filme comenzó con numerosas exhibiciones en el cineclub municipal. Según comentó el realizador, la producción está a la espera de poder presentar el filme en diferentes salas Espacio Incaa del país. Un proceso engorroso para un trabajo realizado “a pulmón”.
Para poder seguir ese cronograma de exhibición, ¿existe algún tipo de festival independiente al que puedan acceder en algún futuro?
-Actualmente los festivales están bastante desfinanciados. Que no se vayan a potenciar producciones individuales va a generar algún conflicto para sostenerlo. Estoy haciendo mis intentos de que vaya algún festival, pero dado la temática documental y que dura una hora los más propensos a agarrarlos son los ambientalistas. No son tantos, por lo que nos condiciona. Eso también nos impulsó a lanzarlo por Youtube. Teníamos un material muy importante como para que no se vea. Limitarlo solamente al cine es restringir el conocimiento.
Para agendar:
El documental “Fuego sin ley” (2024) se proyectará en el Cineclub Municipal Hugo del Carril (bv. San Juan 49) en las siguientes fechas: J
Martes 12/11 a las 15:30.
Miércoles 13/11 a las 18.
Las entradas se adquieren en la boletería del recinto por $3.900. El dinero recaudado será destinado a la Asociación Civil ambientalista “Futuro” para actividades de restauración.