Inés Estévez protagoniza junto a Agustina Benavides la pieza teatral “Bosque Adentro”. La obra escrita por Carla Moure y dirigida por Corina Fiorillo se presentará el jueves, a las 21, en el Teatro Ciudad de las Artes (av. Pablo Ricchieri 1955). “La propuesta es una delicia que hacemos desde el año pasado. La estrenamos en Buenos Aires en un teatro oficial y fue tanto el éxito que la seguimos haciendo. Finalmente, cuando tuvimos que bajar por cuestiones de programación nos dio mucha pena porque realmente iba muy bien. Terminamos yendo al Teatro Solís de Montevideo, con muy buenos resultados. Decidimos emprender una gira que hasta el momento tuvo localidades agotadas en Neuquén y en Rosario. Córdoba es nuestro tercer destino. Paradójicamente, con 37 años de carrera, es la primera vez que vengo para hacer teatro”, comenta la actriz coprotagonista de la serie televisiva “Guapas”.
La además cantante le reserva un punto muy importante a la escritura de la historia. “Me encantó que la escribiera una autora mujer y joven. También me atrajo que la dirigía Corina Fiorillo, con quien teníamos pendiente trabajar juntas”, reconoce. Sobre “Bosque adentro”, la escritora de “La gracia” destaca la aparente simpleza de la trama que a su vez combina “hondura y humor”. Además, asegura que hay un montón de aristas “con las que el público se siente identificado”. La iniciativa se presenta como una road movie lo que se constituye como todo un “desafío” a la hora de plasmarlo en escena.
¿Te seduce explorar con la actuación?
-Sí, la verdad es que lo más atractivo para actuar en general es transitar cosas que nunca te pasarían en la vida real. Es lo más rico para componer y para y para crear.
En ese sentido, ¿te gusta apropiarte de los personajes y crear algo nuevo o tenés una inspiración en otras actuaciones?
-No. En general me apoyo básicamente en lo que siento que al personaje le pasa y me involucro con eso. Me interno en su realidad y me aventuro ahí.
Todo tiene un principio y todo se transforma. Antes de haber obtenido tres premios Martín Fierro, dos Cóndor de Plata, premios ACE, entre otras distinciones, las inquietudes de Inés Estévez estaban vinculadas al arte en movimiento y la literatura. La actriz nació en Dolores, Provincia de Buenos Aires, una pequeña ciudad que le imposibilitaba el camino artístico que deseaba. “Cuando pude venir a Buenos Aires, quería retomar la carrera de danza pero para mi criterio ya era grande para el tipo de carrera que quería hacer. Así fue que se fue abriendo más por el lado de la actuación, que era algo que había experimentado, pero de una manera mucho menos frondosa que la danza. Me di cuenta que tenía una capacidad bastante natural para expresarme por ese medio”, rememora Inés, quien inició su trayectoria en cine a finales de la década del 80.
De actuar a enseñar
Estévez también ejerce la docencia actoral desde hace 17 años. Un camino que adoptó tras no poder formarse profesionalmente. “Primero porque no tenía recursos económicos y después porque no me gustaban las clases. Me parecía que en general se trasladaba la verticalidad del sistema educativo a la enseñanza artística”. Esa experiencia le resultó todo una contradicción. “En el arte no te pueden decir cómo se tienen que hacer las cosas de una manera precisa y exacta. El arte es creación. Creía que había una escasa visión de lo importante que es descubrir en el otro sus cualidades expresivas y permitirle diseñar su propio sistema”.
¿Cómo es el sistema de formación que estás trabajando?
-En mis clases no hay verticalidad, no hay juicio crítico, no hay mal ni bien, ni mejor o peor. Cada uno lleva su propio ritmo. Lo que estimulo es la autoevaluación. Que cada uno supere su propia marca. No fijar marcas u objetivos puntuales que tienen que alcanzar para que cada uno vaya a su propio ritmo. Y eso me parece que es fundamental. Es difícil porque la gente está muy acostumbrada a ese sistema en donde hay un rector que les indica qué hacer y cómo hacerlo. Cuando sorteamos esa dificultad es muy grato.
Un refugio en el jazz
Como si no le alcanzase con lo hecho en teatro, cine y televisión, Inés Estévez incursionó en 2017 en la rama musical. El lazo con el jazz es algo que heredó de su padre, quien era amante del género y lo tocaba de forma recreativa con sus amigos. “Fue algo muy natural para mí. Para mí es una música que no me cuesta, con la que me identifico”. La vocalista detalla que todo comenzó “como un juego”, con la propuesta de hacer un dúo. “Cuando el dúo se disolvió. Me sugirieron seguir adelante con la banda y yo lo intenté pensando que no iba a resultar. Decidí continuar mostrándoles a todos que lo intentaría pero que no iba a prosperar. Y contrario a lo que yo me imaginé, fue un éxito total”. Estevez & Magic 3 es el nombre de la banda de jazz que conforma junto a Mariano Agustoni, Ezequiel Dutil y Javier Martínez Vallejos. Juntos realizaron giras por todo el país y también por Uruguay. En 2019 fueron nominados en los premios Gardel por “Mejor álbum de jazz” por el disco “Nude”. Inés reflexiona que el jazz le ha brindado “cosas maravillosas, inesperadas y muy bellas”.
Vocación artística
Te dedicás a la actuación, dirección, sos música, también escribís. Se puede decir que en muchas facetas de tu vida estás vinculada al mundo artístico. ¿Qué significado tiene el arte en tu vida?
-Es todo. La pulsión creativa es el arte en sí mismo. Creo que todos nacemos con esa capacidad y que desgraciadamente por cómo está armada la organización socioeducativa, muchos terminan alejados de esa capacidad. En mis clases observo a alumnos de determinada edad que quisieron dedicarse a las artes pero les recomendaron una carrera más “redituable”. Entonces veo una avidez por reencontrarse con ese brío creativo que es natural en el ser humano.
Críticas
En el cenit de su carrera Inés decidió ponerle un freno a su trayectoria actoral. Presiones, nervios y una desconexión de su pasión fueron algunas de las causas que alimentaron la decisión. Durante ese lapso de 9 años, Estévez se dedicó a la escritura de dos libros (“La gracia” y “Desesperamor”), a la dirección teatral y la formación de nuevos actores. Sin embargo, recalca que “trabaja para la gente”. En esa línea la actriz reconoce que la expresión creativa es el motor que le mantiene en movimiento. “Si yo no tuviera eso sería como morir un poco”.
¿Actualmente, qué opinión tenés de las constantes descalificaciones que hay hacia el mundo artístico por parte del propio Presidente o desde su entorno?
-Yo no me referiría puntualmente a esta gestión política. En general, en el mundo entero, no solamente en este país, cuando la conducción de un país o de una comunidad está en manos de gente cuyo foco está puesto pura y exclusivamente en el dinero, necesariamente se desprecia todo lo vinculado con cultura, educación y arte. También ocurre con las mujeres, las personas con discapacidad y la gente de bajos recursos económicos. Es algo que se repite en el mundo. El tema es verlo de una manera más global, más pura y entenderlo como una constante en la vida del ser humano y en la organización socioeconómica y en la conducción de cualquier tipo de comunidad. Creo que todo eso es contrario a todo lo que tiene que ver con el verdadero crecimiento.
Las entradas para “Bosque adentro” pueden adquirirse en la web autoentrada y en la boletería del teatro Ciudad de las Artes. Las ubicaciones se consiguen desde $18.000.