A veces las redes se enredan y es difícil salirse. C.C., las iniciales reales de la inexistente Fernanda Oliva, reconoce que más de una jugada le salió mal. Por ejemplo, cuando creyó que ese Redondo que le escribía era el astro del Real Madrid: «Kaneck79 era el correo. Él juraba que era Redondo. Y terminó siendo un mexicano que se había enamorado de esta chica que era yo, y me mandó una camiseta del Nexaca con una foto de él. Tuve que el ir al correo y pagar el envío, $50 de entonces. Decía que me mandaba la camiseta y un regalo muy especial para mi, yo no sabía si había un anillo, un pasaje o qué y fui y pagué. Era un hombre muy gordo, la camiseta que me envió estaba usada, era enorme y estaba rota. Esa salió mal», se ríe hoy C.C.
La inexistente chica de las mil camisetas de fútbol (Primera parte)
‘Fernanda’ fue, así, armando la historia de cada jugador. Y, también, el verso. «Era una especie de doble vida. Llegaba cada día al laburo y tenía anotado en una agendita en qué situación estaba con cada jugador, qué les había dicho. Tenía entre 20 y 25 frentes abiertos » asegura y recuerda al poderoso delantero del Vélez multi campeón de Bianchi, el ‘Turu’: “Fue el que más me mandó. En un mismo paquete me mandó dos camisetas de cuando estaba en el Mallorca. Una blanca manga larga, la roja manga corta y también un buzo de entrenamiento, todo lleno de perfume. Y me escribió:
_ Si adivinas el perfume, te mando la negra.
Él sabía que yo estaba enloquecido por una camiseta negra del Mallorca. Pero fue ventaja para mí, que vivía con mis dos primos cuyas familias tenían perfumería. Lo olieron y me dijeron: es el Issei Miyake. Le escribí y me respondió:
_ Muy bien, va la negra para allá si me mandas una foto.
Y ahí es donde yo empezaba a decirles que no tenía cámara, que no conseguía, les daba vueltas. El verso me duró un tiempo, pero era cierto: no era normal mandar foto».
Después del Turu llegaría la casaca del gran capitán, el ‘Ratón’, ídolo de River y del fútbol europeo, líder de la Selección. «Quizás sea el trofeo más importante que tiene mi colección, más allá de que hay muchas y cada una tiene su historia. Él me mandó una camiseta de entrenamiento de la Selección con los sponsors, que en esa época no se vendía así, y en el pecho está firmada:
Para Fernanda, con cariño, (y su apellido).
Y después me mandó la camiseta de Argentina cuando estrenaba una nueva marca. Con esa camiseta le hace un gol a una selección de Oriente, en un partido que Argentina gana 2 a 0. La camiseta con el número 2″.
INCLUIDAS LAS ESPOSAS
Con ‘el Cholo’, el delantero de Vélez que por entonces ya jugaba en Europa, todo fue distinto. «Empecé escribiéndole como a todos, como una chica realmente interesada en él, pero al chat lo descubrió la mujer y le tuve que decir que el padre de Fernanda, que estaba muy enfermo, era hincha de Vélez, y que su ídolo era Posse. Entonces ella me dijo que me iba a mandar alguna camiseta de Vélez y también de España. E inicié una relación con la esposa. Pero no fue con la única. Cuando Burgos estuvo con cáncer, que fue un hecho conocido, yo chateaba con Sandra, su esposa, a través de la cuenta de él y le pasaba toda la información de los medios de Argentina sobre el Mono. Incluso casi coincidimos de vacaciones en Mar del Plata».
Las historias se multiplicaron y cada cual tomó caminos divergentes. Pero hay una que, en su momento, fue una de tantas. Pero hoy, sin dudas, es la más importante de todas. Se trata de aquel 4 de Argentina en el Mundial 2006, hoy el técnico de mayor renombre en nuestro país que integra el exclusivo espacio de gloria en donde convive con Menotti y Bilardo. «Es un capítulo aparte. Después de habernos conocido por chat, me aseguró por teléfono que había sacado pasajes para que me fuera a Rosario a conocerlo. Un día me hice pasar por el primo de Fernanda, lo llamé y le dije que ella estaba yendo, él me preguntaba a qué hora llegaba y me aseguraba estar en la terminal de ómnibus encapuchado para que la gente no lo reconociera. Me llamaba a cada rato», recuerda C.C., que confiesa que debió poner al teléfono, más de una vez, a quien era su pareja: necesitaba que Fernanda tuviera voz. ¿Se acordará, el hombre en cuestión, de esta historia? ¿Se lo habrá relatado a Messi y a compañía en alguna concentración?
A DOS PUNTAS
«Con el Toto y un ex Olimpique y Málaga, entre otros, se me mezcló el ganado. El Toto me manda un mail contándome que tenía un amigo, Pablo, que también conocía a una chica, Fernanda, ‘pero vos sos rubia -me dijo- y la de él es morocha’. Me habían descubierto«.
POR AMOR
El Messenger ya no existe más. El uso de las nuevas tecnologías para el engaño es más común de lo que se cree. Pasado el boom de los novedosos medios para comunicarse, con él finalizó también la era de la inocencia. Pero poco de eso importa. C.C., Fernanda, conserva de aquellos años una decena de prendas entre camisetas y buzos donadas amablemente por los futbolistas más reconocidos de la época. No lo hicieron por amor al fútbol ni a un club. Lo hicieron por amor a ella, la inexistente chica de las mil camisetas.