Ha culminado la versión 2023 (décima desde su inauguración) de la Feria Mercado de Arte Córdoba (MAC) y tras las tensiones por su postergación (inicialmente prevista para fines del año pasado) ha representado, como en cada edición, un significativo hecho cultural que se aborda desde diferentes prismas. La calidad de las obras expuestas (lo que también habla de la vigencia de los galeristas que las ofrecen), el volumen de mercado, el impacto social de la feria, su densidad institucional, serán motivo de diversos comentarios que nos exceden. Nos concentraremos especialmente en uno de sus productos.
La idea de registro está implícita en la etimología de “catálogo”, sea que se abreve del latín o del más remoto griego. Disgregada en prefijo y radical, se conecta con “de arriba a abajo” y “hablar”, y por eso siempre entenderemos a este tipo de publicaciones como una suerte de caja de herramientas, que amén de su contenido, nos podrá mostrar con precisión los grandes criterios troncales que comportan su estructura principal y el desagregado de sus componentes.
Más o menos innovadores, los catálogos deben ser eficaces, aptos para comunicar de la manera precisa. Semejante propósito trasciende la propaganda y nos acerca a la divulgación más profunda. Dependiendo de su tenor, con un catálogo se hacen negocios, se aporta a la función de gobierno y también se hace cultura.
Entrando en el catálogo MAC 2023, al transitar las primeras páginas, se advierte la primera buena nueva. Se trata de un esfuerzo conjunto entre la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba y de la Universidad Nacional de Córdoba, que son partes vitales de la feria (en la que también se incorpora la Universidad Provincial de Córdoba, entre otros actores). Y en lo que se refiere estrictamente a la coedición del catálogo, el staff que conduce el secretario municipal Mariano Almada suma al equipo de Artes Visuales (Ianina Ipohorski y Nadia Hüppi), el aporte diferencial de un editor de nuestro medio: José Emilio Ortega -habitual columnista de hoy día córdoba- cuya impronta en un rubro que domina (las publicaciones institucionales) se advierte en los diferentes capítulos que componen la obra.
El trabajo compacto del equipo editor encuentra otras terminales: la Editorial de la UNC (que suma el catálogo a su propio fondo, disponible gratuitamente por descarga digital) y la Editorial Brujas, a cargo de la impresión del material, cuya calidad demuestra por qué Córdoba es una plaza tan importante en la escena nacional del libro.
La primera parte del libro es su carta de navegación, pues las visiones institucionales son marco conceptual y deben ser parte de las materias a catalogar. En su contribución, Martín Llaryora ratifica el interés propio por las noticias del mundo y tras indagar diacrónica y sincrónicamente sobre las ferias como acontecimiento humano, resume: “Para nosotros, las ferias son un asunto de Estado, el cual debe acompañar y promover si ello contribuye a generar el acercamiento procurado”. A continuación, Mariano Almada expone su mirada apuntando a la proyección de MAC “que seguirá afirmándose como faro”, mientas se celebran 40 años de democracia en Argentina y 450 años de fundación de Córdoba, “revirtiendo apatías y alentando la conformación de comunidades cada vez más abiertas y creativas”. A su tiempo, la subsecretaria Jimena Garzón defiende el ascendiente e inacabado rol de la mujer en la gestión cultural, por un “arte inclusivo y comprensivo, sin discriminación ni sesgos”. El curador, Roberto Echen, destaca a la feria como evento y ritual, aportando “a la conformación de espacios cosmopolitas” capaces de albergar a diferentes modos de pensar y construir.
La segunda parte del libro, las obras, están estructuradas por las galerías de MAC: zona Crespo y zona Bonino. La ecuanimidad de los epígrafes y la calidad de la impresión (respetando al máximo las texturas cromáticas de cada obra graficada) facilitan su ágil lectura y permiten fijar con precisión autores y estilos. Al final, la reseña de todas las galerías oficia de ficha para individualizar cada expositor contando con información útil.
Volvemos a destacar que por primera vez el catálogo MAC se edita en papel y en formato digital, para que quienes desde cualquier parte del mundo hayan deseado interesarse por la feria y su contenido, pudieran concretarlo de manera inmediata.
Terminada toda feria, su testimonio principal es el catálogo, que permitirá a los analistas del futuro examinar líneas o perfiles artísticos, como también visiones institucionales. Encontrando en la edición que comentamos, una vara muy alta.