El arbitraje en Argentina da que hablar cada día y las polémicas fueron protagonistas en la actual Copa de la Liga, que hoy y mañana tendrá una apasionante definición. Héctor Baldassi y Fernando Rapallini, dos voces autorizadas, coincidieron en que la tecnología llegó al fútbol para disminuir el error, pero no para eliminarlo, ya que la herramienta es manejada por humanos. También coincidieron en que el nivel del arbitraje en Argentina es bueno, y especialmente valorado en el exterior.
El ex árbitro, que llegó a dirigir en el Mundial de Sudáfrica 2010, dijo que la clave es la credibilidad. “Es una palabra muy importante en todas las profesiones, pero en el arbitraje tiene un rol y un protagonismo importantísimo la credibilidad. ¿Por qué? Porque un árbitro cuando cobra una sanción o toma una determinación y se equivoca y tenés credibilidad el error se tolera. En cambio cuando vos no tenés credibilidad el error automáticamente se transforma en sospecha, en que el árbitro no puede dirigir, en que no está preparado… Todo ese tipo de de conjeturas se hacen cuando vos no tenés credibilidad”.
Rapallini, quien dijo presente en la cita mundialista de Qatar 2022, aseguró no darle importancia a las críticas y opinó que el arbitraje siempre es el apuntado por una cuestión cultural. “Es parte de la cultura futbolística de nuestro entorno, en el ambiente es así” dijo “Fefo”, quien en otras declaraciones supo decir que “antes de asumir un error propio o, en algún punto el hincha no mostrarse vulnerable ante una mala actuación de su equipo, es más fácil echarle la culpa al árbitro”.
Rapallini también advirtió que el árbitro es el más expuesto, sobre todo en las categorías superiores: “Primera es distinto a todo. Baldassi mismo me dijo que, a medida que ibas subiendo de categoría, también iba subiendo el nivel de exposición. Obviamente, la primera es donde más exposición tenés. Todo lo demás, cambia para bien: el juego es un poquito más predecible, las camisetas son un poquito mejores, las canchas son un poco mejores, los estadios también. Los equipos, todo. Todo va conspirando para que el fútbol sea más predecible, y cuanto más predecible es, más fácil es dirigir”, aseguró.
Baldassi y Rapallini tienen una historia en común, y es que fue la “Coneja” quien le comunicó a “Fefo” que estaba designado para dirigir por primera vez en Primera División. “Estábamos entrenando en Ezeiza, ahí me dijo que estaba dentro de las designaciones, me felicitó por debutar en primera y me dio otros consejos. Me causó una gran alegría por mí y por mi familia, por el esfuerzo, por el recorrido, por el trayecto y por haber llegado a un lugar que era muy importante”, contó.
Ambos coincidieron en que el VAR es una herramienta que le hace bien al fútbol. “El VAR vino para darle más transparencia al fútbol y más justicia. Hay que utilizar bien esa herramienta, que está en proceso de construcción, año a año va cambiando en algún punto su protocolo. Llegó para mejorar el fútbol. Todo lo que tenga que ver con la tecnología, el line technology, ojo de halcón, detección semiautomática, todo lo que minimice el error humano bienvenido sea”, dijo Rapallini, y completó: “Siempre hay cosas para mejorar, pero estamos en un proceso de adaptación de la herramienta. El fútbol tiene 130 años, el VAR en Argentina tiene dos. Hay cosas que ajustar aún, pero se está usando bien y va en buen camino. Con errores, porque el VAR no viene a eliminar el error 100%, viene a reducirlo. Porque además, el VAR es tecnología utilizada por humanos, y eso también tiene un grado de error. A mí me hubiera ayudado en un montón de jugadas. Fui un montón de veces a ver la cabina y dije ‘menos mal’ porque hubiese cometido un error claro y obvio. Me ayudó un montón de veces y me ayudará un montón de veces más”.
Baldassi, por su parte, aseguró: “Es una herramienta muy importante para el árbitro porque vos estás tratando de dar un compromiso con la justicia y darle más transparencia al fútbol. Después entramos en un debate sobre su utilización, me parece que hay que seguir perfeccionando y hay que seguir trabajando para buscar la mejoría en el uso de esa herramienta que reitero, es muy importante”.
El ex juez fue más allá y recordó un partido en el que el VAR le hubiera dado una mano: “Un Lanús – Almagro, en cancha de Almagro. Un penal más grande que una casa… Y no lo ví, no ví la mano del jugador. Después la televisión me mostró que había sido el jugador que sacó la pelota, no el arquero y yo no la ví. Me iba muy muy triste la cancha, porque no había hecho la justicia necesaria de haber sancionado algo que fue grave, que fue que fue muy importante, una mala ubicación. Para eso está el VAR”.
Héctor aseguró que su decisión de dejar el arbitraje la tenía decidida meses antes de dirigir su último partido, y gracias a ayuda profesional, estuvo preparado y por ende hoy no extraña la profesión. “Me preparé para eso, para decir que nunca más iba a estar en una cancha y que todo lo que había hecho, todo lo que había logrado era algo que me iba a quedar en la retina y recuerdo y punto. La verdad que psicológicamente me preparé para no sufrir el post arbitraje, pero estoy ligado, no en un terreno de juego pero sí a veces en partidos internacionales me mandan como asesor”. En opinión de Baldassi, que llegó a dirigir 18 superclásicos entre Boca y River, dirigir en un Mundial fue lo máximo que pudo vivir.
Distinto opinó Rapallini, quien disintió con esa afirmación. “No creo que lo máximo a lo que pueda aspirar un árbitro sea un Mundial. Lo máximo es, primero y principal, disfrutar de la carrera, sin dejar de lado y teniendo en cuenta siempre a la familia como primer objetivo. También ser buen compañero. Ser buen compañero es ser buen árbitro, independientemente de la toma de decisiones. De una buena persona uno puede sacar un buen árbitro, nunca de una mala persona vas a sacar un buen árbitro. Después hay pequeñas diferencias, distintos estilos y que gusten más unos que otros, por rendimientos y por capacidades, por actitudes y por aptitudes. En fin, a lo máximo que puede aspirar un árbitro es a ser buen compañero, eso es mucho más importante que dirigir un Mundial”, dijo.
Sobre el por qué el arbitraje argentino es más reconocido en el exterior que en el país, Rapallini dijo que “tiene que ver con la idiosincrasia de cada lugar, en Brasil critican a los brasileños, en Argentina a los argentinos y en Polonia a los polacos, es una realidad. Pero yo creo que a la larga se valora al árbitro argentino. Y afuera ni hablar, está demostrado por rendimientos y por designaciones. Argentina es una de las ligas más difíciles de dirigir, entonces se requiere de los mejores árbitros para dirigirlos”.
Por su parte, Baldassi dijo: “Los árbitros cuando dirigen el exterior se sienten acompañados. Tiene cercanía de las federaciones que están a cargo de la instrucción arbitral a nivel FIFA y eso hace que el árbitro se sienta empoderado, se requiera acompañado, se sienta bien seguro. Seguramente eso no ocurre acá en Argentina y los árbitros no se sienten con esa con esa cercanía, con ese acompañamiento. Los hábitos tienen que sentir que los corrigen, que potencian sus virtudes, que trabajan en su defectos, un árbitro es un ser humano que trabaja en equipo y que obviamente vos tenés que darle el liderazgo pero por eso también tiene que darle la herramienta para que él se sienta líder”.
Por último, Baldassi se refirió a la polémica entre Carlos Tévez, Pablo Dóvalo, Federico Beligoy y Pablo Toviggino, que derivó en un pedido de AFA a los clubes para que no se hagan más críticas públicas. “Si vos te expresas sin herir la moral y la ética está bien, estamos en democracia. Me parece… No quiero decir un apriete, pero… no encuentro las palabras justas, pero no es lo justo ni lo conveniente para nuestro fútbol. Entonces yo digo que no se puede ignorar la realidad. A mí dirigentes me han puteado y se han quejado, pero si vos tenés credibilidad queda como solo un error. Nunca me hirieron la moral ni la ética”. Y sumó: “Las últimas decisiones dejan un manto de sospecha de que algo ocurre. No sé, no tengo pruebas. Yo parto de la credibilidad y creo que todos son honestos hasta que me demuestren lo contrario. Pero algunos fallos ayudan a la opinión pública a pensar que hay algunas cosas raras”.