Racing de Nueva Italia venció ayer 2 a 0 a Independiente Rivadavia de Mendoza en el Estadio Miguel Sancho, por la fecha 24 de la Zona B del campeonato de Primera Nacional.
La Academia jugó uno de sus mejores partidos en el campeonato –si no el mejor- y logró cortar una mala racha de 15 partidos sin victorias, con ocho empates y siete derrotas. Lo curioso es que la tan ansiada victoria llegó ante nada más y nada menos que la Lepra mendocina, uno de los mejores equipos de la Zona y que salió a la cancha sabiendo que, si ganaba, quedaba como líder.
El conjunto dirigido por Diego Pozo atacó a la visita desde un primer momento y casi que lo terminó arrinconando. Tuvo varias ocasiones de gol, pero entre el palo, el arquero Maximiliano Gagliardo y varios despejes en la línea, lo privaron de festejar. El primer tanto llegó a los 43 minutos de la primera etapa, desde la vía del penal.
Tanto fue Racing, que un cabezazo de Franco Coronel con destino a red terminó dando en el brazo del defensor Santiago Flores. José Méndez se hizo cargo y cambió la pena por gol, para el 1 a 0 y desahogo de todos los hinchas académicos.
Para el complemento, como se preveía, el conjunto cuyano puso mucha gente en ataque buscando desesperadamente la igualdad. Racing fue práctico y disputó cada pelota como si fuera la última. Además, encontró en su arquero, Joaquín Mattalia, una gran figura que contuvo varios intentos de la visita.
El segundo tanto llegó a cuatro minutos de que se cumpla el tiempo reglamentario. Walter Berrondo no dio por perdido un pelotazo en salida y provocó un blooper de Gagliardo, que le dejó la pelota servida al delantero para que este marque el 2 a 0 y liquide el encuentro.
La Academia toma aire y sumó tres puntos de oro. Con 24 unidades, el conjunto de Pozo sigue abajo en la tabla, pero volvió a sacarle tres unidades a Tristán Suárez, quien hoy jugaría la promoción para no descender, y ocho a Villa Dálmine, quien hoy estaría perdiendo la categoría. En la próxima jornada, Racing visitará a Chaco For Ever en una final por escaparse de los últimos lugares.