La mega empresa inmobiliaria china Evergrande Group, poseedora de más de 1.300 proyectos urbanísticos en más de 280 ciudades de ese país y un sinfín de inversiones en otros sectores de la economía, puso ayer en jaque al sector financiero internacional al poner en duda su capacidad de pago para cumplir con una deuda estimada en US$ 300.000 millones.
El vínculo que une al desarrollador inmobiliario chino con múltiples bancos de ese país, proveedores e inversionistas que compraron títulos que cotizan en bolsa podría generar una onda expansiva que afecte a todo el sistema de crédito internacional, en caso de que no pudiera cumplir con sus obligaciones.
En consecuencia, las acciones de la empresa cayeron 10,63% este lunes en la Bolsa de Hong Kong, su menor nivel de cotización en más de 11 años, y desde sus máximos históricos alcanzados en octubre de 2017, la valoración bursátil de la empresa cayó un 92,77%.
Este jueves vencen dos títulos de deuda de Evergrande -un cupón de 232 millones de yuanes (US $ 36 millones) y otro por US$ 83,5 millones en intereses- y, hasta fin de año, tiene US$ 669 millones en pagos de cupones de los cuales unos US$ 615 millones corresponden a bonos en dólares, según datos compilados por Bloomberg.
En total, la deuda de Evergrande incluye alrededor de 571.800 millones de yuanes de préstamos de bancos y otras instituciones financieras como fideicomisos, con 240.000 millones de yuanes con vencimiento en menos de un año.
Fundada en 1996 en la ciudad sureña de Guangzhou, la compañía se expandió del negocio de la construcción de viviendas con inversiones que incluyen vehículos eléctricos, producción de internet y medios, un parque temático, un club de fútbol (Guangzhou FC) y una empresa de agua mineral y alimentos, entre otras.
Sin embargo, el año pasado la compañía informó una pérdida de 30.100 millones de yuanes (US $ 4.700 millones), la segunda caída anual consecutiva, y los ingresos no alcanzaron las estimaciones de los analistas.
Según informes citados por Bloomberg, Evergrande envió una carta al gobierno provincial de Guangdong (Guangzhou es la capital) en agosto de 2020 advirtiendo a los funcionarios que los pagos que vencían en enero de 2021 podrían causar una crisis de liquidez y potencialmente conducir a incumplimientos cruzados en el sector financiero en general. Los informes surgieron el 24 de septiembre, lo que hizo que las acciones y los bonos de Evergrande cayeran incluso cuando la compañía desestimó las preocupaciones.
Poco después la compañía describió un plan para reducir su deuda a la mitad para mediados de 2023, incluida una serie de ventas de activos y ofertas de acciones, aunque se trata de acciones que no proveerán de dinero fresco a la compañía sino hasta 2022 mientras que la deuda de la compañía ha sido degradado: Fitch Ratings dijo el 8 de septiembre que parecía «probable» un incumplimiento.
Los problemas se acrecientan de cara a 2022 cuando vencen US$ 2.000 millones en bonos de la empresa en marzo y otros US$ 1.450 millones el mes siguiente que, dado el bajo nivel de credibilidad de la empresa en este momento, lucen difícil que puedan refinanciarse.