La definición de la suerte del acuerdo para la refinanciación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) corre horas cruciales, donde la incertidumbre se ha vuelto a instalar no sólo en la negociación entre el Gobierno y el staff técnico del organismo, sino también en el Parlamento, donde volvieron a aflorar las diferencias en el oficialismo, y en el frente externo con el inicio de la guerra en Ucrania como inquietante fondo, que anticipa problemas para Argentina.
La portavoz de Gobierno, Gabriela Cerruti, salió a asegurar ayer que la firma del acuerdo con el Fondo es “inminente”, aunque admitió que hay diferencias en la “letra chica”, en una referencia implícita a las disputas por el ajuste a aplicar en las tarifas a la energía, para alcanzar la meta de reducción del déficit acordada por las partes.
“Estamos llegando a los últimos acuerdos, la letra más chica. Se está llevando adelante con las indicaciones de Alberto Fernández, y a cargo del Ministro (Martín) Guzmán”, afirmó la funcionaria, quien reconoció: “Tenemos algún tipo de diferencias sobre el sendero para alcanzar las metas acordadas”. “Piden que el aumento de tarifas sea mayor que la inflación, a lo que nosotros decimos no. Esa discusión está hilándose fino”, ampliaron otras fuentes oficiales.
Como ya se informó ayer, el staff del FMI le exige al Gobierno un ajuste de las tarifas energéticas del 60% para este año, pero el propio Fernández se mantiene en un límite: sólo autorizará un aumento promedio del 20%.
De hecho, la Nación avanzó ayer en una actualización de las tarifas a la energía eléctrica en torno a ese porcentaje. La discusión no es baladí: están en juego más de 3.000 millones de dólares en “ahorro” para alcanzar la meta de un déficit del 2.5 del Producto Bruto Interno para 2022.
La disputa reabrió además las grietas en el oficialismo, ya que el bloque de senadores del Frente de Todos (FdT) volvió a advertir que no garantizará la aprobación del acuerdo hasta no tenerlo en sus manos y someterlo al debate de la bancada.
Sin embargo, Fernández mantiene la idea de mandar el acuerdo antes de la apertura de sesiones del Congreso el 1 de marzo, pese a que la Coalición Cívica le abrió la posibilidad de evitar la votación en el Parlamento.
La propia Cerruti ratificó es que el acuerdo “será enviado al Congreso, espero que en estos días, y será debatido en toda su extensión”; aunque el titular de la bancada oficial en Diputados, Germán Martínez, reiteró que el debate será “acotado e intenso”.
La invasión rusa a Ucrania complica la importación de gas
La invasión de Rusia a Ucrania alteró violentamente a los mercados globales, por lo que los analistas alertan sobre un empeoramiento de las condiciones para la Argentina.
Martín Calveira, investigador de la Universidad Austral, advirtió que ocurrirá “un mayor nivel de costos de energía, apreciación del dólar y salida de capitales de países emergentes”, lo que plantea “un escenario de mayor complejidad para el estabilidad económica interna”.
Ayer mismo, el mercado europeo del gas reaccionó a la guerra y los contratos de futuros treparon un 60%. La suba del gas licuado complicará la importación del insumo en invierno.
Se dispara el precio de la soja, el trigo y el maíz
Mientras las acciones argentinas en Wall Street cayeron ayer hasta un 8% -arrastrando a los papeles del mercado local, con un 2,8%, y los bonos, con el 3%-, tras el derrumbe de los mercados globales; también se dispararon los precios internacionales de la soja, el trigo y el maíz.
El valor de la soja cotizó ayer a U$S 645 en el Mercado de Chicago, un 5% (U$S 30) más que en la jornada previa; mientras que la tonelada de trigo subió U$S 18 hasta los U$S 340; y el del maíz se incrementó en U$S 13 hasta alcanzar los U$S 282. El temor del gobierno nacional es que este aumento en los commodities repercuta en la inflación de los alimentos en el país.