El directorio del FMI se reunirá este jueves y se espera que apruebe la tercera revisión del acuerdo con la Argentina, que permitiría al país obtener un desembolso de US$ 6.200 millones y, con ese dinero, abonar las cuotas de los vencimientos del stand by firmado en 2018.
El staff técnico del organismo multilateral aprobó la auditoría sobre las cuentas públicas el 30 de septiembre último, por lo cual se descuenta el voto positivo de los directores.
«A pesar de los desafíos, consecuencia también de la guerra en Ucrania, se cumplieron todas las metas cuantitativas de desempeño hasta fines de setiembre de 2022, incluido el déficit fiscal primario debido a fuertes controles de gastos y acciones para mejorar la focalización de los subsidios y la asistencia social», destacaron los técnicos al elevar el informe al board.
El envío de los fondos antes del 31 de diciembre es clave para que la Argentina cumpla con la meta de acumulación de reservas para este año, previsto en US$5.000 millones.
Incluso, el ministro de Economía, Sergio Massa, espera sobrecumplir la meta en al menos US$ 1.00 millones, gracias a las divisas que genere la segunda edición del «dólar soja».
En Washington, el directorio del Fondo Monetario evaluará el caso argentino, que será presentado por la número dos de ese organismo, Gita Gopinath, quien recomendará el voto positivo de los socios principales.
Según el documento elaborado por el Departamento del Hemisferio Occidental, las metas pactadas en el período de julio a septiembre –déficit fiscal, reservas y emisión monetaria- estaban a punto de cumplirse.
La de este jueves será la última reunión del año del directorio del Fondo, que volverá a reunirse hacia mediados de enero; tras el receso por las Fiestas se retomará el contacto entre el organismo y las autoridades argentinas para iniciar la revisión del último trimestre de 2022.
Durante la semana pasada, la Argentina recibió una mala noticia cuando el FMI rechazó el reclamo por las sobretasas que pagan los países que piden dinero por encima de su cupo, un viejo reclamo que no encontró eco en las autoridades del organismo pese a la promesa que le había realizado Kristalina Georgieva al presidente, Alberto Fernández, durante la cumbre del G20 que se realizó en Bali, Indonesia.